El tema de la contaminación no para de azotar los medios de comunicación día tras día. El calentamiento global es un problema realmente serio al que no terminamos de poner solución, y las últimas noticias que nos llegan desde la Organización Mundial de la Meteorología (OMM) no son nada esperanzadoras. La contaminación del aire se cobra más de medio millón de vidas al año en Europa y esa cifra no hará otra cosa sino aumentar en los próximos años, ya que según el último boletín anual sobre el impacto de los gases de efecto invernadero de la OMM, la concentración de CO₂ en la atmósfera batió el récord el pasado año.
Tal y como asegura Petteri Taalas, secretario general de la OMM, mucho tienen que cambiar las cosas y muy serios se tienen que poner los gobiernos para cumplir con las exigencias del Acuerdo de París, cuyo objetivo esencial es evitar que el calentamiento global supere los 2 grados centígrados a finales de este siglo respecto a los niveles preindustriales. Por ahora las acciones no están resultando muy prometedoras, pues se centran en las restricciones de tráfico en las grandes ciudades y los vehículos de combustión interna no son la causa principal de las altas emisiones de CO₂.
Tal y como indica la OMM, en 2016 la concentración atmosférica de CO₂ alcanzó 403,3 partes por millón, lo que representa un 145% más que en la época preindustrial (antes de 1750). Si nos vamos a 2015, el registro es de 400 partes por millón, así que esta va en un claro y peligroso crecimiento año tras año, un dato bastante preocupante si tenemos en cuenta que según explica el boletín, «la última vez que la Tierra conoció una cantidad de CO₂ comparable fue hace entre tres y cinco millones de años: la temperatura era entre 2 y 3 °C más alta y el nivel del mar era 10 o 20 metros más alto que el nivel actual«.
Lo más curioso es que la noticia nos llega a tan solo unos días de que de comienzo la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático que tendrá lugar en Bonn (Alemania) del 6 al 17 de en noviembre. Según la organización internacional, este notable crecimiento de los últimos años se debe no solo a las actividades humanas, sino también al devastador efecto del fenómeno meteorológico de ‘El Niño’ que ha provocado sequías en los principales «pulmones» de la Tierra.