En la actualidad hay más de 13.000 vehículos circulando por nuestras carreteras que utilizan como combustible el AutoGas. En el último año el parque automovilístico adaptado a este tipo de combustible ha experimentado un crecimiento respecto a 2011 del 100% y se espera que se siga desarrollando en los próximos años.
A las ya de por si considerables ventajas que os hemos contado con anterioridad debemos sumarle la inclusión de estos vehículos en los programas de ayudas públicas, como el Segundo Programa de Incentivos a Vehículos Eficientes (PIVE-2) y el PIMA AIRE (para vehículos comerciales), que conceden aportaciones económicas directas por la compra de vehículos de bajas emisiones.
Junto a estas ventajas, numerosos ayuntamientos y comunidades autónomas se implican cada vez más con medidas como bonificaciones en el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica o rebajas en los peajes.
Los vehículos que usan este combustible alternativo ofrecen una conducción suave, silenciosa y sin vibraciones, y un ahorro notable respecto a los combustibles convencionales. Además, contribuyen a mejorar la calidad del aire urbano, con sus bajas emisiones de partículas y óxidos de nitrógeno (NOx); y a minimizar el efecto invernadero, por sus reducidas emisiones de CO2.
El GLP para automoción se usa en vehículos ‘bifuel’, equipados con dos depósitos, el de AutoGas y el de gasolina, que se emplean alternativamente sin alterar la marcha y duplicar su autonomía: estos automóviles se pueden comprar directamente de fábrica o se pueden adaptar en el caso de motores con gasolina.
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