Nuestros colegas de Motor1 USA han destapado un dato sorprendente: el nuevo Mercedes-Benz CLA eléctrico pesa más que un Mercedes Clase S básico.
Sí, has leído bien. Un coche concebido para ser el acceso a la gama de la marca alemana tiene un peso mayor que el buque insignia de lujo de la misma marca.
Un Mercedes-Benz CLA es más pesado que un Clase S
El Mercedes-Benz CLA 350 4Matic con tecnología EQ que la marca presentó ayer, marca según el fabricante 2135 kg si lo subimos a una báscula.
Para poner este dato en perspectiva, eso significa que es 65 kilogramos más pesado que el Clase S450 4Matic de acceso, con la batalla corta y el motor V6. Incluso si comparamos al nuevo CLA eléctrico con la versión de batalla larga de la Clase S, la diferencia sigue siendo absurda y es que el CLA sigue pesando 45 kilogramos más.
Vale, podemos decir que el nuevo CLA no es que sea un coche precisamente pequeño. Con 4,72 metros de largo es apenas 2,8 centímetros más corto que un Clase C. Pero, a pesar de su estirón y su hormonación, sigue siendo desconcertante que un modelo concebido para ser más compacto y de acceso a una marca, acabe superando en peso a un Clase S, que no escatima en materiales nobles, insonorización, y un sinfín de tecnología de confort y seguridad.
La explicación detrás de esta paradoja está en la batería de 85 kWh que monta la versión eléctrica del CLA. A diferencia de la futura variante híbrida ligera con motor 1.5 turbo y una batería de apenas 1,3 kWh, el modelo 100% eléctrico carga con un peso considerable. Claro, la autonomía es impresionante y es que la marca de la estrella anuncia hasta 771 kilómetros en el ciclo WLTP.
El problema del peso en los coches eléctricos es una cuestión de física básica. A mayor masa, mayor energía se necesita para mover el vehículo, lo que inevitablemente repercute en el consumo. Sí, los motores eléctricos son eficientes y Mercedes ha trabajado en optimizar la aerodinámica, pero el sobrepeso sigue siendo un enemigo silencioso que puede afectar la agilidad, el desgaste de neumáticos y frenos, y en un contexto urbano, incluso a la infraestructura vial.
El dilema está claro, si la industria automovilística sigue apostando por los coches eléctricos y estos son cada vez más grandes y pesados en la búsqueda de autonomías más respetable, ¿no estarán cavando su propia tumba?. Si los eléctricos terminan siendo mastodontes ineficientes y pesados, ¿realmente estamos alejándonos de los combustible fósiles o trasladando el problema a otro lado?