Mazda ha seguido un camino muy distinto al del resto de fabricantes. Mientras otros competían por lanzar el SUV eléctrico más rápido o la berlina con la pantalla más grande, la marca japonesa decidió tomarse su tiempo. Y ese tiempo se nota.
El nuevo Mazda6e no es un experimento ni un prototipo vestido de coche de serie; es una berlina madura, desarrollada con calma, que llega para demostrar que la electrificación no tiene por qué estar reñida con el carácter y el placer de conducción.
Fruto de la colaboración entre Mazda y Changan, este modelo comparte base con el EZ-6, pero el trabajo de ingeniería que se ha llevado a cabo en Europa ha sido profundo.
Suspensiones, dirección, frenos, calibración del motor e incluso el software de gestión energética son específicos para el mercado europeo. Y el resultado es un coche que, sin ser radicalmente distinto en su planteamiento, se comporta y se siente cien por cien Mazda.
Diseño exterior: sobriedad, proporción y detalle
Desde fuera, el Mazda6e transmite la misma serenidad elegante que siempre ha caracterizado a la marca. No busca llamar la atención con líneas agresivas ni artificios visuales, sino con una proporción impecable y un lenguaje formal coherente. Su perfil bajo, la caída del techo tipo coupé y las puertas sin marco evocan la deportividad de un gran turismo, pero sin perder la elegancia de una berlina ejecutiva.
La parrilla iluminada —que además actúa como indicador de carga— es uno de los rasgos más originales. No es un simple adorno: comunica información útil de forma intuitiva, una muestra de que la tecnología puede integrarse con elegancia. Los faros LED ultrafinos, la franja luminosa que conecta los pilotos traseros y el alerón retráctil que emerge a partir de 90 km/h completan un diseño lleno de sutileza.
A la vista y al tacto, el coche respira calidad. Las juntas son milimétricas, los acabados metálicos y el pulido de la pintura tienen un nivel más propio de marcas premium alemanas que de un modelo con un precio que, en su versión básica, ronda los 38.000 euros con descuentos.
Interior: tecnología japonesa y hospitalidad europea
Si el exterior sorprende por su equilibrio, el interior del Mazda6e conquista por su refinamiento. Mazda ha conseguido un ambiente cálido, tecnológico y sereno al mismo tiempo. No hay estridencias ni pantallas desproporcionadas: todo está orientado al conductor, pero sin sacrificar la comodidad de los acompañantes.
El cuadro de instrumentos digital de 10,2 pulgadas ofrece una información clara y adaptable, y el Head-Up Display con realidad aumentada proyecta en el parabrisas datos precisos sobre navegación, velocidad o asistencia al conductor. En el centro, la gran pantalla de 14,6 pulgadas domina el salpicadero y concentra la mayoría de los controles. Este enfoque puede no gustar a todos: algunos preferirán botones físicos para el climatizador o los modos de conducción, pero el sistema responde con fluidez y una lógica de menús bien pensada.
La sensación de calidad es uno de los grandes puntos fuertes del coche. Las superficies blandas, el cuero de tacto espeso y la solidez de los mandos recuerdan al Mazda CX-60, aunque con un diseño más envolvente. En el acabado Takumi Plus, la tapicería de cuero Nappa y el techo panorámico aportan un aire de lujo que muchos competidores solo ofrecen a precios mucho más elevados.
El confort de marcha está garantizado por unos asientos de excelente sujeción y mullido equilibrado, pensados tanto para el día a día como para viajes largos. Las plazas traseras son generosas en espacio para piernas y altura al techo, aunque la plaza central, algo más dura y elevada, es claramente secundaria.
El maletero ofrece 466 litros de capacidad, ampliables a más de mil con los respaldos traseros abatidos, y bajo el capó delantero encontramos un pequeño compartimento de 72 litros, perfecto para los cables de carga o herramientas.
Motorización y rendimiento
El Mazda6e se ofrece con dos variantes eléctricas, ambas con propulsión trasera y un rendimiento prácticamente idéntico en términos de aceleración. La siguiente tabla resume las diferencias principales:
| Versión | Potencia | Par | Batería | Química | Autonomía WLTP | Carga rápida (10–80%) |
| E-Skyactiv EV | 258 CV | 320 Nm | 68,8 kWh | LFP (CATL) | 479 km | 22 min |
| E-Skyactiv EV Long Range | 245 CV | 320 Nm | 80 kWh | NCM (Changan) | 552 km | 45 min |
Ambas versiones aceleran de 0 a 100 km/h en torno a 7,7 segundos y alcanzan una velocidad máxima de 175 km/h. La diferencia más importante está en la autonomía y en la carga: la versión estándar, pese a su batería algo más pequeña, es la más eficiente y la que carga más rápido.
En carretera, la entrega de potencia es lineal y silenciosa, sin picos ni brusquedades. Mazda ha calibrado con precisión la respuesta del pedal derecho: siempre hay potencia disponible, pero nunca de forma abrupta. La dirección, por su parte, es una de las mejores del segmento: rápida, comunicativa y con el peso justo para transmitir confianza en curva.
Comportamiento dinámico: el ADN Mazda, intacto
Una de las mayores virtudes del Mazda6e es que no se siente como un eléctrico más. Desde el primer giro de volante, transmite ese equilibrio entre agilidad y estabilidad que tanto caracteriza a la marca. La suspensión —McPherson delante y multibrazo detrás— ha sido puesta a punto con un criterio muy europeo: firme, pero nunca seca; controlada, pero capaz de absorber irregularidades con elegancia.
En autopista, la sensación de aplomo es sobresaliente. A 120 km/h, el coche se desplaza con un silencio de rodadura comparable al de un Mercedes EQE, pero con una respuesta más directa del chasis. En carreteras secundarias, el Mazda6e sorprende por su capacidad para enlazar curvas con una naturalidad que pocos eléctricos consiguen, gracias a una distribución de pesos equilibrada y a un centro de gravedad muy bajo.
El tacto del freno merece mención aparte. Mazda ha conseguido integrar la frenada regenerativa de manera progresiva, evitando ese efecto esponjoso típico de muchos eléctricos. El conductor puede ajustar la intensidad de la regeneración en cuatro niveles, desde una retención ligera hasta un modo más intenso que permite una conducción casi con un solo pedal.
En ciudad, a pesar de sus dimensiones —casi cinco metros de longitud—, el coche se mueve con agilidad. La dirección asistida es ligera a baja velocidad y las cámaras de visión 360 grados ofrecen una imagen nítida y realista, lo que facilita el aparcamiento.
Consumo y autonomía reales
Durante nuestra prueba, que incluyó un recorrido Madrid–Atalaya del Cañavate–Madrid de 350 kilómetros, el Mazda6e registró un consumo medio real de 16,1 kWh/100 km. Partimos con el 100% de batería, que indicaba una autonomía estimada de 395 km, y al completar el recorrido, tras mantener velocidades legales y una conducción normal, quedaba un 21% de batería y 79 km de autonomía restante. La autonomía real resultante fue de alrededor de 429 kilómetros, una cifra excelente para un coche de su tamaño.
En ciudad, el consumo puede reducirse aún más, hasta unos 14.5 kWh/100 km, lo que se traduce en casi unos 650 km teóricos de uso urbano. Estos datos sitúan al Mazda6e entre los eléctricos más eficientes del mercado, por encima incluso de modelos con baterías más pequeñas.
Además, la versión estándar admite cargas de hasta 165 kW en corriente continua, completando del 10 al 80% en poco más de veinte minutos. En corriente alterna, el cargador de a bordo permite 11 kW, con una recarga completa en unas siete horas. La gestión térmica de la batería es eficaz, y el sistema de iluminación de la parrilla actúa como indicador visual del proceso, añadiendo un toque de diseño funcional.
Equipamiento y seguridad
Mazda ha decidido no escatimar en dotación. Desde el acabado básico, el Mazda6e incluye cámaras de visión 360 grados, faros LED matriciales, Head-Up Display, asientos eléctricos ventilados y calefactables, techo panorámico, climatizador bizona y un sistema multimedia compatible con CarPlay y Android Auto inalámbricos. La versión Takumi Plus añade tapicería de cuero Nappa, volante bitono y techo practicable.
En seguridad, el paquete de asistentes a la conducción es completo: control de crucero adaptativo con función de tráfico, mantenimiento activo de carril, detección de señales, frenada autónoma de emergencia, monitorización del conductor y nueve airbags. La calidad de los sistemas ADAS es notable; trabajan con suavidad y precisión, sin intrusiones bruscas.
Precio
El Mazda6e tiene un precio base de 43.725 euros, que con descuentos y ayudas del Plan MOVES III puede quedarse en 31.815 euros, una cifra muy competitiva para una berlina de su tamaño, potencia y nivel de acabado. La diferencia entre el acabado Takumi y el Takumi Plus es de apenas 1.650 euros, mientras que la batería de mayor capacidad supone un sobrecoste de 1.600 euros adicionales.
En términos de valor, el Mazda6e ofrece una relación precio/prestaciones difícil de igualar. Compite en tarifa con un Tesla Model 3, pero su tamaño, equipamiento y refinamiento lo colocan más cerca de un Mercedes EQE o un BMW i4.
La ecuación de Mazda
Mazda ha conseguido algo que muchos fabricantes todavía buscan: trasladar su identidad al mundo eléctrico sin diluirla. El Mazda6e no pretende ser el más rápido ni el más tecnológico, sino el más equilibrado. Su autonomía real supera los 420 kilómetros, su comportamiento es ejemplar y su confort de marcha roza el de una berlina de lujo.
Quizá algunos echen en falta más botones físicos o una versión con tracción total, pero son detalles menores frente a la coherencia general del producto. En un mercado dominado por la obsesión tecnológica y la homogeneización de sensaciones, el Mazda6e devuelve a la conducción eléctrica algo que parecía perdido: placer, serenidad y personalidad.
Galería de imágenes
Gracias a Mazda Mogacar por la cesión del vehículo para las imágenes



























































