Allá por febrero de 2023, un compañero de este medio se atrevió a decir que en Noruega ya no querían coches eléctricos, a pesar de que muchos otros defendíamos que “la caída” de las ventas era algo probablemente transitorio.
Dos años más tarde, los que estábamos en contra de ese punto de vista, hemos demostrado que teníamos razón y es que a día de hoy, casi podemos decir que el mercado noruego vende sólo coches eléctricos.
El problema viene ahora con el fin de la política de incentivos, subsidios, ventajas y demás de los que gozaban los coches eléctricos y es que Noruega anuncia el fin de las exenciones fiscales a los vehículos eléctricos (VE) para 2027.
Se trata de una decisión histórica que seguramente impactará (o no) directamente a marcas líderes como Tesla, Volkswagen, BMW y Porsche. El país escandinavo, pionero mundial en movilidad sostenible, considera que ha alcanzado su meta: lograr que todos los coches nuevos vendidos sean eléctricos antes de 2025.
Fin de las exenciones fiscales a los vehículos eléctricos en Noruega
El ministro de Finanzas, Jens Stoltenberg, confirmó que el Gobierno eliminará gradualmente los subsidios e incentivos fiscales que impulsaron la transición eléctrica durante más de una década.
“Hemos alcanzado nuestra meta: todos los coches nuevos de pasajeros en Noruega ya son prácticamente eléctricos. Por eso, ha llegado el momento de eliminar los beneficios”, afirmó Stoltenberg.
El anuncio forma parte del proyecto de presupuesto nacional 2026, que deberá ser aprobado por el Parlamento noruego.
Actualmente, Noruega exime de impuestos a los vehículos eléctricos para promover su compra, una política que ha reducido drásticamente las emisiones, pero que también ha supuesto miles de millones de merma en ingresos fiscales cada año.
Tesla Model Y y Volkswagen ID.4 pagarán más impuestos a partir de 2026
Hasta ahora, solo los modelos eléctricos de “lujo” —como el Tesla Model X, el BMW iX o el Porsche Taycan— pagaban IVA sobre la parte del precio que excedía las 500.000 coronas noruegas (unos 42.500 euros).
Sin embargo, a partir de 2026, el Gobierno reducirá ese umbral a 300.000 coronas, lo que afectará directamente a vehículos eléctricos de gama media como el Tesla Model Y (el coche más vendido del país durante tres años consecutivos) y el Volkswagen ID.4.
Esto significa que un Tesla Model Y, con un precio base de 422.000 coronas, pasará a pagar unos 30.500 coronas más en IVA. Si la exención desaparece por completo en 2027, el aumento total sería de hasta 75.000 coronas (unos 6000 euros).
Preocupación entre los defensores de la movilidad eléctrica
La Asociación Noruega de Vehículos Eléctricos (Norsk Elbilforening) calificó la medida de “precipitada” y advirtió sobre el riesgo de un retroceso en la transición energética.
“Temo que unos cambios tan drásticos hagan que más personas vuelvan a elegir coches de combustibles fósiles, y creo que todos coincidimos en que no queremos regresar a eso”, declaró Christina Bu, directora de la asociación.
Aunque el 98,3% de los coches nuevos vendidos en Noruega en septiembre fueron eléctricos, siete de cada diez vehículos en circulación todavía usan gasolina o diésel, según datos del propio organismo.
Ajuste fiscal y aumento del gasto público
Para equilibrar los incentivos, el Gobierno también incrementará el impuesto de matriculación de los coches de combustión, manteniendo la ventaja comparativa para los vehículos eléctricos, aunque estén menos bonificados.
Asimismo, planea aumentar el gasto del fondo soberano —el más grande del mundo— hasta 579.400 millones de coronas en 2026, frente a 534.200 millones en 2025, con el fin de financiar nuevas inversiones públicas y sociales.
Las proyecciones económicas del Ministerio de Finanzas estiman un crecimiento del 2,0% en 2025 y 2,1% en 2026, con una inflación subyacente del 2,9% que bajaría al 2,5% el año siguiente.
Noruega marca el rumbo del futuro eléctrico
Noruega fue el primer país en alcanzar la electrificación casi total de su parque automovilístico nuevo, y ahora busca un modelo más sostenible desde el punto de vista fiscal.
El fin de los subsidios no significa un retroceso, sino una etapa de madurez en la movilidad eléctrica: los vehículos eléctricos ya no necesitan ayudas para dominar el mercado.
Con esta decisión, Noruega se consolida como un referente mundial en transición ecológica, y su política podría servir como modelo para la Unión Europea y otros países que buscan equilibrar sus emisiones.