En los años 80 la mayoría de versiones que se vendían de utilitarios correspondían a los niveles de acabado medio y bajo, principalmente por aquello de maximizar la relación precio-equipamiento. Sin embargo había muchos fabricantes que ofertaban variantes «picantonas» para los usuarios más incorformistas.
Seguro que echas la vista atrás te vienen rápidamente a la cabeza nombres como Citroën AX Sport, Ford Fiesta XR2, Peugeot 205 GTI, Renault 5 GT Turbo o el Fiat Uno Turbo. Todos ellos lograron en mayor o menor medida hacernos soñar a los que ya estamos cerca de los 40 y eramos unos «enanos».
Yo siempre fui de los que se sentía atraído por los coches raros. Ver un Daihatsu por Madrid a mediados-finales de los 80 era casi un acontecimiento y esto era extensible a la mayoría de marcas japonesas aunque Nissan ya había comenzado su expansión con los Patrol y Cherry.
El caso es que el Daihatsu Charade era un adelantado a su tiempo. En la península y Baleares sólo se comercializó en su versión GTti que para aquellos que piensan que el «downsizing» es algo actual, les dejará perplejo. Bajo el capó escondía un pequeño bloque de gasolina con un litro de cilindrada que gracias al turbo desarrollaba 101 CV de potencia.
Sí, tenía sólo tres cilindros, inyección electrónica e intercooler, lo que viene siendo una tecnología bastante sofisticada para la época en un coche de su tamaño. Los 195 km/h de velocidad máxima ya dejaban claro el nivel de prestaciones, si bien era la aceleración de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos la que le hacía brillar.
Lo peor del Charade GTti estaba en su precio. en 1988 la tarifa recomendada era de 2.242.000 pesetas, unos 13.475 € de aquella época. De serie incluía aire acondicionado, llantas de aleación, asientos deportivos, dirección asistida y un montón de cosas más pero era muy caro. Por menos (unos 12.200 €) podías comprar un Ford Escort RS Turbo con 130 CV y una estética muy sugerente.
Posteriormente el importador para España decidió introducir otras variantes del Charade con la intención de aumentar sus ventas aunque realmente nunca logró despegar. Los TR 1.3i con 94 CV tenían un buen equipamiento y una fiabilidad sensacional pero su precio seguía siendo elevado. En otros mercados europeos tuvo mucho éxito.
El Suzuki Swift GTI fue otro producto de difusión limitada. Aquí la motorización empleada era más tradicional y común a los rivales, con interesante 1.3 litros Twin-Cam con inyección electrónica y culata multiválvulas. Se vendió bastante mejor que el Daihatsu Charade pero tampoco era un coche habitual por las calles españolas.
Como buen japonés llegó con equipamiento cerrado bastante completo en el que no faltaban el aire acondicionado, los retrovisores eléctricos e incluso un maquillaje deportivo que no dejaba indiferente a nadie. Su precio en 1988 era de 1.650.000 pesetas, unos 9.917 € al cambio actual.
Según los datos homologados, el Swift GTI alcanzaba una velocidad máxima de 188 km/h y podía pasar de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos mientras que el consumo medio era de 7,2 L/100. Podrás imaginar lo bien que iba sabiendo que su peso era de sólo 835 kg.
Para aquellos usuarios que no deseaban gastar mucho dinero y las prestaciones tampoco eran prioridad, el Austin Metro MG era la opción más adecuada entre los «minoritarios». Estéticamente tenía un diseño muy atractivo y los acabados en el interior estaban a gran nivel, no así la fiabilidad de la marca que ya llevaba años «fastidiando» a los propietarios.
Bajo el capó este MG escondía un motor de 1,3 litros con 72 CV de potencia y un par de 99 Nm, suficientes para que pudiese alcanzar los 163 km/h de velocidad máxima y pasar de 0 a 100 km/h en 12,3 segundos. Con apenas 3,4 metros de longitud y un peso de 800 kg, no creas que hacía falta mucho más para conseguir un andar brioso.
El precio del Austin Metro MG era en 1988 de 1.269.900 pesetas, unos 7.632 € al cambio actual. No tenía una dotación especialmente completa en comparación con los japoneses pero sí llevaba elevalunas eléctricos, asientos deportivos, una completa instrumentación y un exterior bien presentado.
Con la desaparición de la marca Austin poco después llegaría el Rover 114 GTI 16v, una opción más interesante visualmente muy conseguida. Seguía siendo un enano pero el motor 1.4i 16v con 95 CV lo movía con mayor soltura y el precio tampoco es que fuese excesivo para la época. Lo peor que arrastraba la firma británica era la mala fama.
Hay otros muchos pequeños juguetes de los 80 que hoy día nos encantaría que estuviesen entre nosotros en un formato modernizado. Son los Innocenti DeTomaso, Autobianchi A112 Abarth o el propio Lancia Y10 GT. Eran otros tiempos menos complicados en los que el riesgo que corrían los fabricantes era mucho mayor. Hoy día tanto estudio y análisis de mercado está provocando que desaparezcan ciertos segmentos de nicho que a los que amamos el motor nos rompe el corazón.
Para que no mueran en el olvido, te dejamos una galería de imágenes completa de algunos de estos pequeños GTi que nos robaron el corazón en los 80.
Realizado por Enrique García, también en Facebook, Twitter e Instagram.
Jajajaja,y yoooooo
¡Quiero que vuelva Daihatsu ! Yo también soy un enamorado de los minoritarios. El Charade GTti es bien molón, y sigo enamorado del Terios II.
Os habeis olvidado del Fiat Uno Turbo i.e.
Joder y el Nissan Sunny 2.0 GTI que?? No me jodas
Os olvidásteis el Mitsubishi Colt GTI 16v
Alfonso Manuel Pacios Vaño