Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.9
Notable+
En esta nueva generación, el roadster alemán regresa a la capota de lona con accionamiento eléctrico, un sistema mucho más sencillo y ligero que el anterior techo duro retráctil. Es estética y tecnológicamente más avanzado, hace gala de una conducción más precisa y divertida, cuenta con múltiples opciones de personalización y su oferta inicial está formada por tres variantes de gasolina.
Tras 200.000 unidades vendidas de la anterior generación, estamos ante una nueva y tercera entrega de un roadster clásico, reinterpretado y más dinámico que nunca, el cual ahora destaca por fusionar el dinamismo de un coche deportivo con un diseño emocionante, un ambiente exclusivo y características de equipamiento avanzadas, especialmente en el caso de este M40i.
Este biplaza equipa una capota de lona totalmente eléctrica y en él podemos encontrar unas proporciones revisadas, la posición centrada de los asientos, una distancia entre ejes más corta para conseguir una mayor agilidad y vías más anchas que su predecesor. Por supuesto, a ello se añade la puesta a punto de la división M Performance en esta versión tope de gama.
Por otra parte, se han llevado a cabo algunas medidas de ahorro y distribución de peso 50:50, junto con una carrocería aerodinámicamente optimizada. Es más avanzado que nunca para plantar cara a rivales de la talla de los Audi TT Roadster, Mercedes-Benz SLC, Porsche 718 Boxster S y Jaguar F-Type Convertible en todas sus versiones, incluso las más prestacionales.
La mayor pega que podemos encontrar es que no esté prevista una variante M con más potencia de este seductor biplaza. También se ha criticado mucho la alianza entre Toyota y BMW para el desarrollo de este Z4 y del Supra, pero como os contamos en nuestra prueba del coupé nipón, hay más diferencias de las que parece.
Diseño exterior
El diseño exterior del nuevo BMW Z4 utiliza un uso preciso de las formas y varios detalles distintivos. En el frontal, se consigue una mirada afilada y agresiva gracias a los faros colocados en los bordes exteriores de la parte delantera y en disposición vertical, por primera vez en la compañía.
De serie equipa unos faros LED y, de forma opcional, podemos optar por faros LED adaptativos opcionales -1.477€-, con función de matriz para luces largas de carretera y de curva no deslumbrantes. Son muy recomendables si acostumbramos a conducir con poca luz. Tampoco faltan los sensores de aparcamiento delanteros que son de serie en esta versión.
Otra de las señas de identidad en el frontal es la gran parrilla de riñones BMW que ahora luce un nuevo diseño de malla. Por ahora, solo la veremos en este modelo y en el BMW Serie 3 M-Performance. En este caso, se complementa con los acabados Shadow Line de brillo intenso BMW Individual con contenido ampliado -277€- (Shadow Line de serie).
Se trata de una parrilla activa que se abre en función de las necesidades de refrigeración del motor y se complementa con los ‘Air Breather’ laterales para reducir las turbulencias y dirigir el flujo de aire. Como podéis ver, en este modelo gozan de gran tamaño y, con el acabado M-Sport exterior, disfrutan de la compañía de la ‘M’ en las aletas delanteras.
Por otro lado, el amplio capó, con prominentes líneas de contorno, se extiende a ambos lados de los pasos de rueda y termina en una curvada luna. La vista lateral es igual de imponente y dinámica, especialmente gracias a los marcados nervios y la limpia superficie de las puertas con acceso confort -738€-. El deflector de viento está incluido de serie.
Los frenos deportivos M cuentan con pinzas fijas de cuatro pistones delante y pinzas deslizantes de un pistón detrás en azul, así como anagrama «M».
Llenan los pasos de rueda unas llantas de aleación de 19 pulgadas -1.169€- (hay entre 17 y 19”) calzadas con neumáticos Michelin Pilot Super Sport en diferentes dimensiones delante y detrás, más concretamente 255/35 ZR19 96Y y 275/35 ZR19 100Y, respectivamente. Estos neumáticos ofrecen un gran agarre y su bajo perfil no repercute en una menor comodidad.
En dimensiones, el nuevo BMW Z4 ha crecido 85 milímetros de longitud, hasta los 4.324 milímetros, es 74 milímetros más ancho (ahora 1.864 milímetros) y 13 milímetros más alto (1.304 milímetros). La batalla es de 2.470 mm y los anchos de vía delantero y trasero alcanzan los 1.609 y 1.616 mm, respectivamente, con un Cx de 0.31 en el M40i (0,29 en otros).
Una vez llegamos a la zaga, su diseño no pierde ni un ápice de fuerza gracias a líneas musculosas y esculturales con un alerón de tipo cola de pato bien integrado que acoge la tercera luz de freno, luces LED de diseño muy fino y alargado que nos recuerdan al BMW Z8 y un marcado difusor rematado que acoge dos salidas de escape.
Tampoco faltan las tomas de aire para mejorar el flujo aerodinámico y la tira de sensores de aparcamiento posteriores con Parking Assistant -677€-, que incluye cámara para marcha atrás, ayuda de aparcamiento lateral, control de cistancia de aparcamiento activo y asistentes de estacionamiento y de marcha atrás.
En total, hay disponibles seis colores exteriores para la carrocería en este acabado (ocho en total para el modelo), entre los que podemos encontrar tonos clásicos y alegres, así como diversos acabados. En este caso tenemos un llamativo tono Frozen Orange de BMW Inidividual en acabado mate. Para la capota solo se ofrece el negro o el antracita efecto plata -369€-.
Diseño interior
En el interior encontramos un estilo moderno y muy BMW, con un marcado enfoque hacia el conductor y paneles de control claramente estructurados. Se han reducido los embellecedores para obtener un aspecto más purista del habitáculo y los contornos del panel de las puertas hacen eco de algunos de los elementos gráficos de los laterales exteriores.
La calidad de realización es elevada, aunque en ningún caso alcanza el nivel de los modelos más lujosos de la gama ni en ajustes ni en materiales. Si bien comparte algunos elementos tecnológicos con ellos, la presencia de plásticos duros es más abundante, especialmente en las superficies menos visibles y en la zona del parabrisas y la capota.
El conductor y su acompañante disponen de asientos deportivos M específicos para este modelo con reposacabezas integrados. De serie están tapizados en cuero Vernasca negro, ofreciendo gran confort y excelente agarre. Pueden tener soporte lumbar -308€-, cinturones ‘M’ -369€-, calefacción -468€- y ajustes eléctricos con memoria -1.470€-.
Las manos se posan cómodamente sobre un volante deportivo M multifunción que, opcionalmente, puede ser calefactado -246€-. Ya sabéis que el tacto y grosor de los volantes de BMW suele ser uno de los puntos fuertes de la experiencia de conducción y, en este caso, no iban a ser menos. Tiene levas solidarias.
Tras el volante encontramos el nuevo cuadro de instrumentos digital de BMW (BMW Operating System 7.0). Con un diseño uniforme y personalizable, se complementa con la pantalla de control de 12,3 pulgadas de la consola central, que permite visualizar el contenido en tiempo real en hasta diez páginas del menú principal libremente configurables.
El control del climatizador bizona destaca por el atractivo display para la temperatura.
El conjunto es realmente intuitivo y sencillo de manejar, con una fluidez y unos gráficos envidiables. Además, el cliente tiene la opción de controlarlo todo mediante el mando del iDrive, el control táctil, el control de voz y el control mediante gestos. Tampoco falta un Head-Up Display -1.354€- de gran tamaño claramente estructurado en el parabrisas.
En la consola central, el número y tamaño de huecos portaobjetos no es abundante, pero el interior tiene un aspecto práctico gracias al espacio de almacenamiento detrás de los asientos -con red-, los posavasos debajo de la cubierta del reposabrazos central -que se abre en dos secciones con una división longitudinal- y guanteras grandes en las puertas (sin base forrada, por desgracia).
La consola central queda rematada por el iDrive, la palanca de cambios, el selector de modos de conducción, los ajustes del control de tracción, el asistente de aparcamiento y el Start/Stop; el botón del Auto Hold, el freno de mano eléctrico y el botón para abrir la capota. Respecto a otros modelos, no está rematado en negro brillante.
Entre los reposacabezas encontramos un deflector de viento desmontable de plástico.
Solo hay un detalle que no me ha gustado en este sentido y es el área de la palanca de cambios, con controles plásticos que, si bien cuentan con un buen ajuste y tacto, en mi opinión desmerecen un gran conjunto como este por su aspecto frío y rígido. Lo mismo ocurre con la palanca de cambios ¿Dónde está aquél bonito y ergonómico joystick?
En términos de habitabilidad, ofrece muy buena sensación de amplitud, con una posición de los asientos realmente baja que incita a una conducción deportiva, aunque lo cierto es que en el asiento del conductor cuesta un poco encontrar la postura óptima de conducción para tenerlo todo bajo control. En todo caso, sólo es cuestión de acostumbrarse.
Me ha gustado que la posición de la capota no perjudique el espacio de carga y que se comuniquen -de serie- maletero y habitáculo a través de una trampilla. El espacio de carga cubica un total de 281 litros y sus formas son aprovechables, pero el acceso resulta algo más limitado. La boca de carga queda a 730 mm del suelo.
Motorización
La oferta del Z4 está formada por tres variantes de gasolina. Todos los motores se benefician de numerosas actualizaciones y transmiten la potencia a la carretera a través de la caja de cambios Steptronic Sport de última generación con ocho velocidades y levas tras el volante. El modelo de acceso se puede pedir también con caja manual de seis relaciones.
La versión más potente, el BMW Z4 M40i, equipa un propulsor de 3.0 litros y seis cilindros en línea, con tecnología TwinPower Turbo de M Performance que consigue una potencia de 340 CV (250 kW) y un par máximo de 500 Nm para propulsar al roadster de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos. Ahora lo analizaremos con más detalle.
Un peldaño más abajo nos encontramos con el BMW Z4 sDrive30i, que consigue un total de 258 CV (190 kW) y 400 Nm para completar la carrera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos. Por último, el BMW Z4 sDrive20i desarrolla un total de 197 CV (145 kW) y un par máximo de 320 Nm que se traducen en un 0 a 100 km/h de 6,6 segundos (6,8 segundos el manual).
Para la prueba me he decantado por la versión que nos quedaba por probar, el poderoso M40i, equipado con un bloque de aluminio con dos árboles de levas en la culata, turbo, inyección directa e intercooler que, con 2.998 cm3, seis cilindros y cuatro válvulas, desarrolla una potencia de 340 CV (250 kW) entre las 5.000 y las 6.500 rpm.
Todo ello viene asociado a un par máximo de 500 Nm entre las 1.600 y las 4.500 rpm, lo que representa un amplio de revoluciones de empuje en las que el Z4 M40i acelera de forma explosiva. A diferencia de los otros dos motores, es capaz de pegarte al asiento por la forma tan virulenta en la que empuja, quizás demasiado para algunas situaciones donde buscamos precisión.
Empieza a empujar con fuerza realmente a partir de las 3.000 rpm, aunque en una conducción tranquila, la transmisión sube de marcha en el entorno de las 1.600 vueltas, lo que junto al Start/Stop ayuda a contener los consumos. A un ritmo más elevado sin llegar a practicar una conducción deportiva, el cambio sube de marcha a unas 2.500 revoluciones.
Con sus cifras de potencia es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, recuperando de 80 a 120 km/h en tan solo 2,8 segundos (entre marchas) y alcanzando una velocidad máxima de 250 km/h. En carretera, el motor gira a solo 1.900 vueltas en octava velocidad a 120 km/h, por lo que no te faltará potencia en ninguna situación.
Es un motor refinado, suave y discreto si conducimos tranquilos, pero cuando le buscamos las cosquillas nos deleita con mucha furia y un bonito sonido de la mecánica de seis cilindros que recalca su poderío -y que nada tiene que ver con el de las otras versiones-. Con todo y con eso, me sigue pareciendo que las cifras que entrega el sDrive30i son más que gratificantes.
La única “pega” es que sus consumos resultan, por lo general, elevados, esencialmente porque hablamos de un modelo muy sensible a los cambios de ritmo. BMW declara un consumo combinado en ciclo WLTP de 8.4 litros, pero en ciudad y en una conducción deportiva no es difícil irse por encima de los 13 litros, bajando a unos aceptables 6.8 litros en carretera.
Tras la semana de prueba, el consumo medio se detuvo en 9,3 l/100 kilómetros. El depósito de combustible tiene 52 litros de capacidad y podemos encontrar cuatro modos de conducción para adaptar el vehículo a nuestras preferencias de conducción: ECO Pro, Confort, Sport y Adaptative, con un notable salto en reacciones entre ellos y posibilidades de personalización.
Por último, cabe señalar que el cambio automático deportivo de ocho relaciones por convertidor de par es suave y bastante rápido, pero quizás no todo lo que nos gustaría para exprimir a fondo la mecánica del Z4 M40i. Esto se debe a que la respuesta al acelerador no es inmediata, salvo que ya llevemos una marcha engranada y no hundamos el pie.
En algunas maniobras a baja velocidad el cambio es un tanto brusco, especialmente si lo combinamos con el Auto Hold.
En la posición D o S (Sport), el Z4 tiene que pensar un poco antes de entregarnos toda la fuerza cuando vamos enlazando curvas. Lo mismo ocurre con el modo secuencial de la palanca de cambios o con las levas de generoso tamaño tras el volante, que no son todo lo inmediatas que deberían cuando vamos realmente rápido cambiando de marcha constantemente.
En este sentido, el cambio PDK de Porsche es mucho más rápido, preciso y eficaz en toda situación posible, permitiéndote sacarle todo el jugo a la mecánica del 718 Boxter. En el caso del Audi TT, el modo manual es quizás algo más rápido, mientras que el Mercedes-Benz y el Jaguar F-Type tienen cambios igual o más conservadores.
Ficha técnica
Version | M40i - 6 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 2.998 cm³ |
Potencia | 340 CV (250 kW) @ 5.000 - 6.500 rpm |
Par | 500 Nm @ 1.600 - 4.500 rpm |
Peso | 1.610 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.324 / 1.864 / 1.304 mm |
Volumen Maletero | 281 litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 4,5 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 2,8 segundos |
Velocidad máxima | 250 km/h |
Consumo homologado | 8,4 l/100 km en ciclo combinado |
Emisiones CO2 por km | 168 g/km de CO₂ (Euro 6d-TEMP) |
Precio de partida | 70.750 euros (este motor y acabado sin descuentos) |
Comportamiento
El BMW Z4 M40i promete emociones fuertes al volante gracias a un ahorro de 50 kilogramos sobre la báscula y un reparto de pesos perfecto -50:50-. No es un deportivo de pura cepa, sino más bien un descapotable del que disfrutar con la melena al viento a ritmo ligero, pero no te defraudará en absoluto si tienes claro lo que vas buscando.
La postura de conducción del nuevo Z4 es un tanto particular, ya que vas sentado muy cerca del suelo y del eje posterior, en una posición casi tumbado. Esto lo hace más deportivo y tradicional, pero también dificulta la visibilidad a la hora de maniobrar en espacios reducidos, especialmente a través de la luneta trasera.
Por suerte, en este acabado contamos con los sensores de aparcamiento, aunque no está de más en el modelo equipar el conjunto de cámaras que te ayudarán en espacios reducidos. En este sentido, la dirección es cómoda gracias a la asistencia en función de la velocidad, la desmultiplicación no lineal y el diámetro de giro de 11 metros entre paredes.
Pero su hábitat natural no es la ciudad, sino las carreteras secundarias y los pueblecillos costeros, un entorno en el que disfrutar de sus virtudes dinámicas. Como os comentaba, el nuevo Z4 es un coche para circular a buen ritmo, pero me han llamado la atención algunos detalles cuando tratamos de buscarle las cosquillas.
Ya sabéis que BMW es sinónimo de emoción al volante y diversión, sin embargo, he tenido la sensación de que en este modelo las sensaciones llegan muy filtradas al conductor cuando se trata de buscar los límites, especialmente en lo que a la dirección y el diferencial autoblocante se refiere, que pecan de un exceso de asistencia y restan confianza a ritmo elevado.
Sorprenden para bien el gran agarre de los neumáticos y del eje delantero, pero cuando damos gas en una curva, las asistencias intervienen con cierta brusquedad, en lugar de dejar que el eje trasero redondee la trayectoria. He echado en falta esa picaresca propia de los BMW que castigan ligeramente tus errores al volante, es parte del encanto de la marca.
El diferencial deportivo M con distribución variable del par entre las ruedas traseras optimiza la tracción y la estabilidad al cambiar de carril de forma dinámica y al acelerar en la salida de las curvas, a velocidades elevadas y con independencia del estado del asfalto, pero hemos de ser conscientes de que llevamos mucha potencia bajo el pie derecho. También actúa sobre nieve, hielo o grava.
La optimización de la tracción se logra mediante el bloqueo de los discos controlado electrónicamente para reducir la diferencia de régimen entre las ruedas traseras.
Permite un mejor manejo en aceleraciones transversales extremas, mientras que la regulación continua y permanente del bloqueo del diferencial permite disfrutar de una experiencia de conducción dinámica con un mejor control del vehículo. El sistema procede del deporte del motor y está conectado con el Control Dinámico de Estabilidad (DSC).
Además, actúa proactivamente para permitir una utilización variable, según la situación, del par de bloqueo. De este modo, se neutraliza incluso la mínima diferencia de par entre las ruedas motrices, sin tendencia al subviraje, aunque también coacciona demasiado la diversión que podríamos esperar de un tracción trasera.
No me malinterpretéis, es un gran coche con el que disfrutar al volante, pero para hacerlo de forma segura, por lo que aquellos que busquen radicalidad verán un poco frustradas sus intenciones. Pensemos que el BMW Z4 responde a la concepción de roadster clásico, con un largo morro que ofrece una conducción muy placentera y particular.
En cualquier caso, el BMW M40i me ha parecido más radical que las otras versiones, ya que los golpes de acelerador fuertes son fácilmente perceptibles en el eje trasero, especialmente en el modo Sport Plus, que retrasa la intervención de las ayudas. Sin embargo, la actuación de estas es brusca y se sienten ciertos trompicones que impiden un avance natural propio de esta configuración de vehículo.
Lo que me ha sorprendido gratamente es la suspensión, la cual logra un elevado confort incluso en carreteras rotas y, a su vez, consigue que el Z4 M40i no balancee ni lo más mínimo, con un paso por curva muy elevado gracias a un viraje totalmente plano y a unos cambios de apoyo muy rápidos que transmiten gran confianza en la conducción.
En este caso contamos con la suspensión adaptativa M, que se caracteriza por una configuración deportiva con un ajuste más firme -que no seco- de la amortiguación en todos los modos de conducción y la reducción de la altura del chasis en unos 10 milímetros, lo que favorece la agilidad, pero técnicamente debería de perjudicar la comodidad a bordo.
Sin embargo, BMW aclara que los muelles de esta suspensión presentan una firmeza solo moderadamente mayor, en tanto que los estabilizadores más duros de la suspensión de las partes delantera y trasera reducen el balanceo en las curvas, garantizando una precisión claramente mayor de la dirección, pero sin que se vea reducida la comodidad excesivamente.
Ha mejorado mucho también el aislamiento del habitáculo a través de la capota y de los cristales, algo que no pude percibir durante la presentación del modelo, pero que he notado claramente en el tráfico diario de la ciudad. Sí que es algo más notable lo que ocurre en los pasos de rueda posteriores, donde el sonido llega menos filtrado.
Por otra parte, con la capota abierta, el ruido del viento es elevado a partir de los 100 kilómetros por hora, al igual que las turbulencias en la parte alta de la cabeza (con el deflector de viento montado), siendo prácticamente difícil mantener una conversación a bordo si no es elevando la voz. En cualquier caso, es algo habitual.
Por último y, en materia de asistencias a la conducción, además de los elementos de serie podemos equipar el paquete Driving Assistant -1.108€- que cuenta con aviso de colisión frontal con función de frenado, Speed Limit Assist con Speed Limit Info, aviso de tráfico trasero, advertencia de cambio de carril y aviso de colisión por alcance.
Equipamiento y precio
Uno de los puntos fuertes de la nueva generación está en el equipamiento de serie. Desde el nivel básico incluyen ABS, EBD, TCS, ESP, múltiples airbags, climatizador automático de dos zonas, sistema multimedia con pantalla táctil, bluetooth, USB, llantas de aleación de 17” (18” en M40i), sensor de lluvia, encendido automático de luces y espejo interior fotosensible.
También de serie en todos son los faros Full LED, control y limitador de velocidad, tapizado en piel, alerta de cambio de carril, lector de señales de tráfico, aviso pre-colisión, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, BMW Connected Drive Services, paquete compartimentos, sistema de carga variable, Wi-Fi…
Tenemos dos líneas de acabado disponibles, la Línea Sport -2.500€- y el paquete deportivo M -5.000€-, además de tres paquetes de equipamiento muy completos: Convertible -1.300€-, Connectivity -3.431€- e Innovation -6.343€-. Como es habitual, también existe un amplio catálogo de opcionales disponible con tecnología, asistencias a la conducción, llantas, tapicerías…
En España, los precios recomendados para el BMW Z4 2019 sin descuentos ni promociones quedan de la siguiente manera:
Modelo | Potencia | Precio |
Z4 sDrive20i 6MT | 197 CV / (145 kW) | 48.900€ |
Z4 sDrive20i 8AT | 197 CV / (145 kW) | 48.900€ |
Z4 sDrive30i 8AT | 258 CV / (190 kW) | 56.300€ |
Z4 M40i 8AT | 340 CV / (250 kW) | 70.750€ |
- Diseño diferenciado dentro de la gama de BMW, no es uno más con diseño continuista y ahora sí que gira cabezas a su paso.
- Vuelve a la capota de lona, todo un clásico.
- Soluciones de almacenamiento en el interior.
- Excelente agarre del eje delantero y de los neumáticos.
- Mecánica contundente, implacable, con un sonido muy agradable.
- Amplias posibilidades de equipamiento.
- Sistema de infoentretenimiento realmente avanzado y con un asistente de voz brillante, pero lo pagarás caro.
- Fuerte carga tecnológica en materia de asistencias a la conducción y de seguridad.
- Gran calidad de realización en términos generales, con buena insonorización a pesar de la capota de lona.
- El motor entrega la potencia de forma virulenta y el cambio no es todo lo inmediato que nos gustaría para exprimir la mecánica a fondo, especialmente en modo manual cuando vamos enlazando curvas con rapidez.
- Sensaciones muy filtradas, con una intervención brusca de las asistencias a la conducción al buscar los límites y un tacto de dirección sensiblemente artificial.
- He echado en falta la picaresca dinámica y la naturalidad de los BMW en este modelo, le falta ser más juguetón.
- Boca del maletero estrecha.
- Pequeñas lagunas de equipamiento.
- Detalles en plástico rígido que no terminan de convencer, como la palanca de cambios, los botones de alrededor y los controles del clima.
- El tacto de los frenos requiere adaptarse a él en algunas situaciones, puede ser brusco al detenerse.