Si bien es cierto que todos conocemos el nombre de Amar Bose por sus equipos de sonido de alta calidad, la compañía Bose también ha trabajado en grandes avances en campos tan diversos como la acústica, la aviación, la defensa o la física nuclear. Es más, seguramente te suene su proyecto secreto (Project Sound) desarrollado hace 24 años que tenía en mente un sistema automático de suspensión revolucionaria capaz de ofrecer una sensación similar a los viajes en alfombra mágica gracias al uso del electromagnetismo.
Su invento revolucionario parecía una quimera cuando comenzó y, hoy en día, lo sigue siendo por los elevadísimos costes de construcción y desarrollo en masa. Sin embargo, la firma estadounidense de ingeniería Clearmotion podría resucitarlo de cara a 2019 bajo la denominación de ‘sistema de chasis digital’, una tecnología considerada significativamente más proactiva que la presente en los modelos más lujosos del mercado equipados con suspensión neumática, como los Mercedes-Benz Clase S o Bentley Continental GT.
Recordemos que el funcionamiento del sistema de Bose era simple: los motores montados en cada rueda reciben información de los sensores en todo el vehículo y reaccionan a los golpes y baches de forma instantánea, empujando la rueda hacia abajo en baches, manteniendo el nivel del coche. Cuando la rueda sube de nuevo a la altura normal, la suspensión recupera casi toda la energía gastada. Pues bien, la tecnología ‘digital chassis system’ de Clearmotion consigue el mismo efecto, pero con un coste inferior.
El sistema, desarrollado en gran parte en el Reino Unido, equipa el regulador con una válvula activa que permite que el fluido interno entre y salga. Hay acelerómetros en tiempo real que leen la carretera y reaccionan al instante, con motores que proporcionan al vehículo una calidad de conducción sin igual.
Shak Avadhany, CEO de Clearmotion, declaró que la tecnología se beneficia del software de control adquirido del Project Sound de Bose, convirtiendo los amortiguadores de un automóvil en actuadores. Esto les permite moverse activamente, en lugar de pasivamente, en respuesta al estado de la superficie por la que pasan. Avadhany asegura que el proyecto ha llamado la atención de cinco fabricantes de automóviles importantes, pero por ahora se abstiene de revelar cuáles, según señala Autocar.
Actualmente se están desarrollando diversas configuraciones para su introducción en un vehículo de bajo volumen en 2019, antes de llegar al mercado de masas en 2020. Tal y como podemos ver en el vídeo, donde se utiliza un BMW Serie 5, el sistema se encuentra en una etapa muy avanzada.
En él las ruedas se mueven libremente dentro de los arcos para absorber todos los cambios de superficie, al tiempo que en un automóvil con suspensión estándar toda la carrocería se agita. A pesar de la aparente complejidad del sistema, se está desarrollando teniendo en cuenta el precio y no se espera un aumento drástico en el coste de los futuros modelos que empleen el sistema.