A lo largo de los últimos años la tecnología no ha parado de revolucionar la industria de la automoción, todo el mundo habla de la tecnología y de sus maravillosos beneficios que nos han traído al volante, de todos esos sistemas de seguridad nombrados con siglas infinitas o funciones que convierten a nuestro coche en un auténtico ordenador sobre ruedas. Hace relativamente poco os hablamos de las 5 tecnologías más asombrosas del mundo del motor que nunca llegaron a triunfar y hoy abordamos detalladamente las cinco tecnologías que más nos irritan al volante.
Sí, porque aunque nos cueste reconocerlo hay muchas ocasiones en los que estos sistemas tan útiles y pensados para hacernos la vida más fácil se vuelven intrusivos, bruscos o increíblemente irritantes. No es oro todo lo que reluce dice el refranero español, y lo mismo ocurre en el «maravilloso y asombroso» mundo de la tecnología. Aunque no todo iban a ser quejas, ya que anteriormente también hemos escrito acerca de los 15 avances tecnológicos más importantes de los últimos 25 años en la industria del motor.
Estamos totalmente seguros de que la tecnología ha salvado muchas vidas al volante, y es un hecho, hasta tal punto que ahora las aseguradoras están premiando a los conductores de Tesla que utilicen el Autopilot con hasta un 5% de descuento en sus tarifas. Pero hoy venimos a hacer todo lo contrario, para hablar sobre el lado más oscuro y exasperante de la tecnología.
¿Nos acompañas?
1. La frenada automática de emergencia
En noviembre pudimos acudir a un evento de Mercedes-Benz España en el que de la mano del nuevo Clase E pudimos probar su completo equipamiento tecnológico que nos ofrece en términos de seguridad. Desde sistemas de conducción semiautónoma, aparcamiento a distancia o el asistente de frenado activo que se activa en situaciones de emergencia. Este último, también denominado freno automático de emergencia tiene como principal función detener el vehículo cuando nos acercamos demasiado a un peatón, vehículo u objeto si el conductor no lo hace por sí mismo o se acerca a demasiada velocidad.
Hasta aquí podemos determinar que es una ayuda muy importante, especialmente en momentos de distracción y para salvar cientos de vidas de peatones o ciclistas. El problema viene cuando este tipo de tecnología es demasiado sensible o prudente, lo que se puede convertir en un serio peligro para las personas si se activa de forma desacertada mientras circulamos sin que exista un peligro real. Pero más que esto, la mayor molestia viene como consecuencia de los avisos sonoros previos al frenado de emergencia, que en demasiadas ocasiones generan falsas alarmas. Así muchos conductores acaban apagándolos.
2. Sistemas de infoentretenimiento lentos
No hay nada más irritante que comenzar a teclear en la pantalla táctil del navegador y que sea tan lento que no nos permita seguir escribiendo o aún peor tener que hacerlo con un botón físico letra a letra, y ni hablemos de las pantallas saturadas de botones que no entendemos muy bien para qué sirven. Seguro que también alguna vez te has perdido en medio de la nada y el navegador no ha sido capaz de recalcular una ruta nueva.
Los fabricantes gastan millones y millones de euros en diseñar estos sistemas para ofrecernos todo tipo de comodidades al volante junto con un bonito interfaz, pero muchas veces terminan siendo incluso más lentos que nuestros teléfonos móviles que teníamos hace diez años. Apple Car Play y Android Auto han ayudado a mejorar ligeramente esta situación, pero en determinadas marcas sigue siendo enervante el simple hecho de introducir un nuevo destino para el guiado GPS.
3. Función Start/Stop
En algún momento brillante un ingeniero tuvo la maravillosa idea de que mientras estábamos parados con nuestro coche en un semáforo podíamos ahorrar algo de gasolina aumentando así la eficiencia del motor. Por ello, ante la incomodidad de un continuo arranque y parado inventó la función de Start/Stop o Auto Start/Stop según la denominación de cada marca. Este sistema funciona de forma automática: en los vehículos manuales cuando soltamos el embrague mientras estamos detenidos, o simplemente cuando pisamos el freno en los automáticos al estar detenidos y sin acelerar.
En teoría debe transcurrir un mínimo de tiempo de parada para que se produzca un ahorro de combustible, pero la realidad es que ese mínimo pocas veces se alcanza y esta función resulta más una incomodidad que una solución al volante. Además según qué modelos hacen que el climatizador o aire acondicionado dejen de funcionar momentáneamente, lo que nos hacen sudar la gota gorda en verano o comenzar a tiritar en invierno.
4. Control por voz
Estamos en un momento de la tecnología en el que los sentidos cada vez cobran más importancia y hacen de estos sistemas mucho más intuitivos y fáciles de utilizar en teoría. Anteriormente esta revolución tuvo lugar con nuestras manos y el sentido del tacto, que nos ha permitido interactuar mejor con nuestro teléfono móvil desde que un genio llamado Steve Jobs decidiera hacer desaparecer el teclado en el primer iPhone. Lo siguiente vendrá de la mano de nuestra voz, y prueba de ello son los numerosos sistemas de control por voz en nuestros smartphones como Siri en iOS o Cortana en Android.
El problema está en que esta tecnología aún no ha sido afinada en el mundo de la automoción, y lo que en un primer momento puede parecer algo tan simple como indicar una dirección de una calle puede acabar convirtiéndose en un auténtico quebradero de cabeza.
Es verdad que hay fabricantes que ya han conseguido sistemas de control por voz bastante avanzados y precisos, capaces de facilitarnos enormemente la conducción sin desviar las manos del volante. Pero por desgracia y en términos generales solo podemos decir que es una tecnología inmadura sobre las cuatro ruedas, que necesita de algún tiempo para ser totalmente fiable.
5. Asistente de carril
Este sistema cada vez más común en el equipamiento de numerosas marcas y modelos nos avisa de que estamos pisando la línea que delimita cada carril en la carretera y en el caso de que lo hagamos de forma involuntaria, es decir, sin activar el intermitente, realizará una corrección de nuestra trayectoria para no invadir el carril contrario. Hay que explicar que existen diferentes niveles de funcionamiento de este sistema, desde aquellos que simplemente se limitan a avisos sonoros hasta otros más avanzados que corrigen la dirección del vehículo.
El problema viene cuando constantemente estamos recibiendo avisos sonoros de forma constante y repetitiva, o en el nivel más avanzado cuando esta corrección en nuestra trayectoria el vehículo realiza un gesto algo intrusivo o incluso brusco en algunas ocasiones. Esto de nuevo, como ocurre en otras tecnologías de las que ya os hemos hablado nos lleva a acabar desconectándolos para acabar en el olvido, ya que resultan molestos o incluso demasiado toscos en algunas ocasiones. Y si además se activan en carreteras secundarias y con curvas ya tendremos una razón mayor para odiarlos.
Ahora solo queda preguntarnos ¿Cuál de estas 5 tecnologías es la más molesta de todas?
Mi coche no tiene nada de eso y estoy mas que contento.
El start stop se lleva la Palma!