Nuestros compañeros de Top Gear acostumbran a traernos carreras de aceleración de lo más suculento y, en su última entrega, no iban a ser menos. Normalmente, en las drag race nos encontramos con productos muy similares entre sí, pero hoy tenemos tres coches muy diferentes que nos deleitan con un resultado sorprendentemente cercano. No os haré spoiler antes de tiempo…
A un lado tenemos al nuevo Honda NSX, equipado con una mecánica híbrida que desarrolla 581 CV de potencia gracias al empleo de un bloque de gasolina con seis cilindros y tres motores eléctricos. El resultado es, sencillamente, espectacular. La tracción es total a las cuatro ruedas y utiliza una caja de doble embrague con nueve velocidades, dejando la más alta para circular de forma desahogada reduciendo el gasto.
Por otro lado, vemos dos berlinas medias disfrazadas de titanes, pues hablamos de dos bestias que destacan por sus altas prestaciones a pesar de su carrocería: el Mercedes-AMG E 63 4MATIC+ y el BMW M5 Competition (que probamos recientemente). Nuestros tres protagonistas han sido llevados a un circuito para vivir una igualada batalla, pero… ¿Eres capaz de adivinar antes de ver el vídeo para quién es el triunfo?
En el bávaro tenemos la última versión del motor V8 M de 4.400 cc con tecnología TwinPower Turbo y 620 CV (441 kW) entre las 5.600 y las 6.700 rpm. Sus cifras asustan, pues es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 3,1 segundos y un 0 a 200 km en menos de 11 segundos. Y al otro lado del ring… está el V8 biturbo de nueva generación de la firma de la estrella, un motor de 4.0 litros que genera hasta 450 kW (612 CV) y acelera de 0-100 km/h en 3,4 segundos.