En estos días en los que la Comisión Europea está considerando autorizar un cobro adicional para financiar la infraestructura y gestionar el uso de las carreteras a los automovilistas, algunas organizaciones como la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y el Real Automóvil Club de España (RACE) han decidido examinar con lupa cuánto cuestan las redes viarias a los gobiernos del Viejo Continente en comparación con los ingresos que obtienen de los usuarios de las carreteras.
Estaba claro que la conclusión es que los automovilistas pagamos mucho más de lo que recibimos, sobre todo si hablamos de la calidad de las infraestructuras, pero ahora la pregunta es: ¿Dónde están los 286.300 millones de euros que los automovilistas pagamos en concepto de impuestos, por ejemplo, en el año 2013?
Según el estudio, solo el 62% de dicha cifra se revirtió en la mejora de la red viaria. Es decir, si en 2013, en el seno de la Unión Europea, se recaudaron un total de 286.300 millones de euros de impuestos y tasas de circulación -dejando fuera Chipre-, solo se invirtieron en las infraestructuras 178.400 millones de euros. Pero tampoco es algo reciente, y es que el estudio ha desvelado que entre 1995 y 2013 los gobiernos europeos han ido reduciendo paulatinamente el gasto en mantenimiento, reparación, renovación y mejora de nuestras carreteras.
Pensadlo, pagamos un impuesto de matriculación e IVA al comprar el vehículo -10.900 millones de euros en 2013 en 20 estados miembro-, un impuesto de propiedad anual -31.400 millones de euros en 2013 en toda la UE-, peajes y viñetas -13.500 millones de euros en 2013- e impuestos especiales al combustible vendido en cada territorio -124.700 millones de euros, a los que hemos de sumar 25.300 millones de euros de IVA-. Ahí es nada.
Y en España ya ni os cuento como están las cosas, porque en gran parte de Europa da gusto circular por las autopistas, pero lo que es aquí… El informe señala que los turismos cubren un 50% por encima los gastos de su movilidad, siendo peor en el caso de las motocicletas que llegan a pagar incluso el triple de lo que realmente reciben en concepto de inversión en infraestructuras.
Sí, esto es de risa, por ello desde el RACE señalan que «en lugar de crear nuevos cobros o incrementar los existentes a los usuarios, los gobiernos deberían tomar en cuenta los ingresos con los que ya cuentan para financiar la red de carreteras. La UE debe comprometerse a proporcionar una red vial segura que satisfaga suficientemente las necesidades de los viajeros diarios«. Y todo esto está muy bien pero seguimos con la duda, ¿dónde está el resto de nuestro dinero?
A la saca
Al bolsillo nene no hace falta hablarlo