Después de que se produjera el primer accidente originado como consecuencia del Autopilot de la compañía californiana Tesla, la polémica y las opiniones cruzadas han estado a la orden del día sobre el funcionamiento de este sistema semi-autónomo de dudosa seguridad. La NHTSA todavía está analizando las causas de este fatal siniestro para esclarecer los hechos y determinar la responsabilidad –pese a que todo indica que fue el conductor-, aún así las autoridades y una gran cantidad de conductores ha manifestado su enorme preocupación sobre la eficacia del Autopilot.
Ya desde los inicios de su lanzamiento una gran cantidad de medios de comunicación pusieron en entredicho su correcto funcionamiento, asegurando que era demasiado pronto para incorporarlo al mercado, aunque por supuesto siempre hay voces más autorizadas para hablar sobre este tema, por ejemplo la mismísima NASA. La Agencia Estatal norteamericana puede opinar especialmente bien sobre esta polémica, ya que a lo largo de años y años han realizado experimentos sobre los efectos psicológicos que causa la automatización en los seres humanos y han recabado gran cantidad de información en esta materia.
Estos estudios fueron enfocados especialmente para el mundo de la aviación, pero realmente es lo mismo que está ocurriendo ahora con los coches. Por ejemplo, Stephen Casner un psicólogo e investigador de la División de Integración de Sistemas Humanos de la NASA aseguraba en la revista Scientific American que: «Los coches en el 2017 se igualarán a los aviones en 1983«, y aunque todavía no podamos volar con nuestro coche, dado el alto nivel de tecnología y automatización en los modelos actuales no podemos estar más de acuerdo con él.
El mismo Casner también confesó que el principal problema con estos sistemas semi-autónomos es el momento en el que se requiere la acción del conductor para recuperar el control del vehículo. Lo peligroso de este hecho, es que puede ocurrir en cualquier momento y por ello la persona al volante debe estar constantemente en alerta para reaccionar ante cualquier imprevisto, algo que según los estudios han demostrado es totalmente imposible.
Elon Musk, inventor y físico cofundador de Tesla Motors se defendió argumentando que este sistema funciona igual que los pilotos automáticos de los aviones, de ahí su nombre. Mientras que profesionales desde la NASA siguen en desacuerdo, ya que en la aviación es el propio piloto el que conecta y desconecta el piloto automático, sin embargo, con el Autopilot de Tesla se obliga a tomar el control del vehículo en cualquier momento, sin apenas tiempo de reacción para el conductor.
Desgraciadamente parece que cuanto mejor funciona un sistema de estas características, el conductor desvía más la atención del tráfico y pone toda su confianza sobre este, aumentando las posibilidades de sufrir un accidente en cualquier momento.
Los más entendidos en el tema aseguran que la mejor forma de acercarse a la conducción 100% autónoma es desarrollando en un futuro un sistema que alcance el nivel 4 de autonomía, esto es, un vehículo que pueda realizar un viaje completo de un punto a otro sin ningún tipo de ayuda. El proyecto que está desarrollando Google con su coche autónomo podría acercarse bastante a esto, así como la compañía sueca Volvo que, mientras, está lanzando más y más ayudas a la conducción en sus últimos modelos hasta alcanzar un nivel de seguridad que en un futuro cercano nos permita por fin, «soltar el volante» con total seguridad.
Marcianos interfieren?