No es ningún secreto que el escándalo de las emisiones de Volkswagen, popularmente conocido como ‘Dieselgate’, ha hecho mella en otros fabricantes, quienes han sido investigados por diversos gobiernos, especialmente el alemán. Son muchas las compañías señaladas por posible fraude de emisiones, entre ellas Porsche, cuyas oficinas fueron registradas hace unos meses en busca de un software fraudulento.
Ahora, los resultados de la investigación de la Fiscalía de Stuttgart arrojan que, en un departamento de la división de desarrollo, se produjeron desviaciones parciales respecto a la normativa en los deberes de supervisión durante las pruebas de gases contaminantes de diversos vehículos fabricados desde 2009, especialmente aquellos relacionados con los óxidos de nitrógeno.
El resultado es la imposición de una sanción económica de 535 millones de euros a Porsche AG, de los cuales 531 millones se deben a una parte de los beneficios obtenidos por la compañía y los cuatro millones restantes a un «incumplimiento negligente» de los deberes de la compañía. En otras palabras, por no evitar que sus vehículos equiparan un software ilegal.
Porsche ha aceptado la multa con el objetivo de dar carpetazo al procedimiento abierto por la Fiscalía germana, por lo que no presentará alegación alguna. Al fin y al cabo, los motores diésel que Porsche equipaba en los Cayenne y Panamera eran fabricados por Audi y, desde 2018, esta motorización no está presente en la gama de estos modelos.