Mercedes-Benz y BMW podrían sellar una histórica alianza tecnológica que cambiaría el rumbo de los motores de combustión en la industria premium alemana.
Mercedes-Benz se encuentra en avanzadas conversaciones con BMW para utilizar sus motores de gasolina de cuatro cilindros en una amplia gama de futuros modelos. Este posible acuerdo estratégico llega en un momento clave, cuando la marca de la estrella busca optimizar los costes de desarrollo y mantener vivas sus gamas de combustión interna en plena transición hacia la movilidad eléctrica.
Una colaboración inédita en la industria alemana
Según fuentes de Autocar, ambas compañías ya estarían en una fase avanzada de negociación y se espera un anuncio oficial antes de finales de 2025. De confirmarse, sería la primera vez en la historia que dos rivales directos del segmento premium alemán comparten motores de combustión.
El plan contemplaría que BMW suministrara a Mercedes su motor turboalimentado de cuatro cilindros B48 de 2.0 litros, ampliamente utilizado en modelos de BMW y MINI. Este bloque, producido en la planta de Steyr (Austria), se caracteriza por su versatilidad, ya que puede instalarse tanto en arquitecturas longitudinales como transversales, lo que facilitaría su integración en diferentes gamas de Mercedes.
¿Qué modelos de Mercedes usarían motores BMW?
De concretarse el acuerdo, el propulsor de origen BMW podría montarse en:
- Mercedes CLA
- Mercedes GLA
- Mercedes GLB
- Mercedes Clase C
- Mercedes Clase E (incluyendo futuras versiones PHEV)
- Mercedes GLC
- El futuro SUV compacto conocido como “Little G”
El objetivo principal sería reforzar la oferta de híbridos enchufables (PHEV) y de modelos con autonomía extendida, un terreno donde el actual motor M252 de Mercedes no está optimizado.
¿Por qué Mercedes recurre a motores BMW?
La decisión responde a varios factores estratégicos:
- Cumplir con la normativa Euro 7 sin necesidad de invertir más recursos en motores de desarrollo propio.
- Reducir costes mediante un acuerdo tecnológico que permita mantener la rentabilidad de los modelos de combustión.
- Ampliar la gama PHEV con un motor más versátil y probado.
- Compartir producción global, con la posibilidad de abrir plantas conjuntas, incluso en EE.UU., para esquivar futuros aranceles.
El motor M252 de 1.5 litros desarrollado por Mercedes ya se utiliza en el nuevo CLA, pero está diseñado principalmente para versiones mild-hybrid, no para híbridos enchufables o extensores de autonomía, lo que limita la estrategia de electrificación parcial de la firma.
Impacto en el mercado premium
De concretarse, este acuerdo sería un auténtico cambio de paradigma en la industria automovística alemana, históricamente marcada por la rivalidad entre Mercedes-Benz, BMW y Audi. La colaboración permitiría a Mercedes mantener competitividad en un mercado donde la transición eléctrica avanza más lentamente de lo esperado.
Mientras tanto, para BMW significaría consolidar su motor B48 como una de las referencias en el mercado premium europeo, con un volumen de producción aún mayor y la posibilidad de compartir costes en futuras evoluciones.