Normalmente, los prototipos que vemos en los salones del automóvil incorporan nuevas tecnologías que posteriormente lucirán los modelos de producción del fabricante de automóviles en concreto. Unas son realmente futuristas, otras muchas veces nos preguntamos por qué no están ya implantadas en vehículos de producción si parecen baratas y viables.
Pues muchas veces el problema no es el dinero o la viabilidad de la tecnología en sí, sino la regulación de algunos de los mercados en los que se venderá el producto. Claro ejemplo de ello son las cámaras que sustituyen a los retrovisores tradicionales, las cuales ya empiezan a ver la luz verde en algunos países.
Sí, así es, poco a poco esta práctica tecnología podría ir incorporándose en algunos modelos orientales, ya que Japón se ha convertido en uno de los primeros mercados a nivel mundial en permitir legalmente que los coches incorporen cámaras en lugar de retrovisores.
El objetivo de la legalización de esta tecnología no es facturar más, sino de mejorar la seguridad y el consumo de combustible.
Son bastantes los fabricantes de componentes que llevan años trabajando en esta tecnología, grandes nombres como Bosch, Valeo o Continental, los cuales aseguran que su trabajo no solo mejora la visibilidad del conductor y la eficiencia en el consumo de gasolina, sino que además supone una infinidad de ventajas para el diseño de automóviles.
Si tenemos en cuenta que poco a poco el precio de las cámaras está bajando considerablemente (algunos modelos generalistas ya incluyen la de marcha atrás de serie incluso en sus acabados medios de gama) y que la gran mayoría de modelos del mercado incluyen grandes pantallas en sus salpicaderos que permitirían ver la imagen proyectada con total nitidez, quizá sea el momento adecuado para que los países de todo el mundo se replanteen esta regulación.
Hace dos años, Tesla y una alianza de los principales fabricantes del mundo pidió a las autoridades de Estados Unidos que se cambiara la regulación.
Además, en una época donde el tema de la seguridad y de las emisiones está en pleno auge, con las autoridades presionando constantemente a los fabricantes, la sustitución de los retrovisores por cámaras fácilmente podría ser una de las soluciones que veamos a corto plazo. Eso sí, para ello primero hay cambiar la regulación en seguridad vial, y en muchos países como el nuestro mucho me temo que por desgracia no lo veremos pronto.