Uno de las mayores virtudes del Cherokee de última generación era su diseño llamativo, diferenciado y original, algo que le ha servido para captar la atención de los más inconformistas pero también dejando fuera a los usuarios más tradicionales. Dado que estos últimos son mayoría, ahora Jeep ha realizado retoques para conquistarlos.
Oficialmente lanzado en Detroit, el Cherokee 2018 pierde su imponente y exótico frontal añadiendo unos faros más convencionales, una parrilla de grandes dimensiones y paragolpes más envolventes. En la vista lateral y zaga pocos cambios importantes se han realizado pero tampoco parece que le hicieran falta.
En el interior se ha aprovechado el lavado de cara para introducir mejores materiales, sistemas multimedia (los conocidos UConnect) de última generación con hasta 8,4 pulgadas de pantalla táctil, la máxima conectividad (incluso USB para las plazas traseras), instrumentación actualizada, etc.
Curiosamente el renovado Cherokee también es más ligero al haber añadido paragolpes y otros elementos de menor peso, y también es más ligero gracias a la mayor eficiencia de los mejorados motores. La gama arranca con el conocido 2.4i 16v de 180 caballos y como tope se encuentra el 3.2i V6 con 271 CV.
Entre ambas motorizaciones se estrena el también nuevo 2.0 Turbo con 270 CV que hace unas semanas se presentaba en el Jeep Wrangler pero sin la micro-hibridación. En todos los Cherokee la caja de cambios es automática con nueve velocidades, renovada y con nuevo software para mejorar su funcionamiento.
Es de suponer que a lo largo del próximo mes de marzo Jeep presente el renovado Cherokee aprovechando el Salón del Automóvil de Ginebra con especificación europea que incluirá muchas de estas mejoras y por supuesto las mecánicas diésel.