Hace unos años, la empresa eslovaca Flying AeroMobil nos aseguraba que sus vehículos no solo volarían, sino que lo harían también de forma autónoma en 2017. O al menos así lo afirmaba Juraj Vaculik, CEO de la compañía. Todo esto fue, claro está, antes de que el AeroMobil sufriera un accidente hace ya dos años durante su fase de pruebas.
Toda la polémica en la que se vio envuelta el modelo dio fuerza para llegar al mercado a PAL-V y sus Liberty Pioneer y Liberty Sport, de los ya se pueden hacer pedidos, aunque no será hasta finales de 2017 cuando comience la preproducción de ambos modelos, al tiempo que las entregas -con su correspondiente certificado de carretera y espacio aéreo- están previstas para finales del año 2018.
Sin embargo, el señor Vaculik no se rinde y presentará su modelo definitivo en el Top Marques de Mónaco el 20 de abril, con la idea de abrir las reservas este mismo año. Las principales novedades residen en la incorporación de compuestos avanzados en el desarrollo de la carrocería, las alas y las ruedas. Con ello, Flying AeroMobil pretende conseguir la homologación de sus vehículos para su uso en las carreteras y el espacio aéreo de la Unión Europea.
No vamos a quitarle la ilusión a Juraj ni a decir que sea imposible, pero no acabamos de ver que la solución real para hacer los desplazamientos más fáciles y rápidos sea un vehículo capaz de echar a volar cuando se congestiona el tráfico…
O quizá sí, pero para ello habría que superar algunos inconvenientes a los que el CEO de AeroMobil ha tratado de dar respuesta. El primero de ellos es el aterrizaje, para lo cual Vaculik, ni corto ni perezoso, ha propuesto utilizar las franjas de hierba que están construyendo junto a las autopistas y estaciones de servicio. Ahí es nada. Evidentemente, para ello habría que recurrir al talonario a numerosos acuerdos con las autoridades locales, pero eso siempre tiene fácil solución y en España más.
Vaculik también afirmó que su vehículo encajará en las categorías preexistentes tanto de aviones como de coches, lo cuál no sería un problema de no ser porque los conductores habrían de contar con licencia de piloto. ¿La solución? Con el elevado precio de partida que tendrá el ‘coche-avión’ muchos podrán permitirse tener un ‘chófer-piloto’. Si alguno está en paro puede planteárselo, igual se convierte en el empleo del futuro. En cualquier caso, no os perdáis el vídeo oficial del Aeromobile 3.0, como prototipo resulta bastante curioso: