En los últimos meses los vehículos autónomos se han estado llevando todo el protagonismo, haciendo que nos olvidemos de otras innovaciones no menos sorprendentes. Es el caso de los coches voladores como el Aeromobile 3.0 o los Liberty Pioneer y Liberty Sport desarrollados por PAL-V. La «única» diferencia entre ambos es que para el primero no se augura un futuro muy prometedor y los otros ya han comenzado oficialmente sus ventas al público.
Tras nada menos que cinco años de desarrollo y pruebas, esta compañía holandesa que en 2009 y 2012 nos mostraba sus primeros conceptos de coches voladores al más puro estilo ‘Regreso al futuro’ ha hecho por fin realidad su sueño y el de muchos futuros clientes de su proyecto. Aunque ya se pueden hacer pedidos, será a finales de 2017 cuando comience la preproducción de ambos modelos, al tiempo que las entregas -con su correspondiente certificado de carretera y espacio aéreo- están previstas para finales del año 2018.
Es, sin duda, un momento clave dentro de la historia de la aviación y la movilidadal y tal y como afirma Robert Dingemanse, consejero delegado de PAL-V, «tras años de duro trabajo, superando los retos técnicos y de cualificación, nuestro equipo ha conseguido el éxito en la creación de un coche volador innovador que cumple con los estándares de seguridad existentes determinados por los organismos normativos de todo el mundo«. Y a pesar de que pueda parecerte un helicóptero, no lo es. Hablamos de un giroplano, pues no están diseñados para despegar verticalmente y necesitan como mínimo 165 metros de pista para elevarse y unos 30 metros para tocar tierra.
Disponen de un Estabilizador Dinámico en Curva y un depósito de 100 litros que les otorga una autonomía en tierra de 1.200 kilómetros (hasta 160 km/h) y una autonomía en aire que varía entre los 400 y los 500 kilómetros (hasta 180 km/h) en función de las condiciones climatológicas. El despliegue y plegado de la hélice se produce en unos 10 minutos.
Además de contar con todos los permisos necesarios y cumplir los estándares europeos y estadounidenses de aviación y circulación en carreteras, el Liberty cuenta con abundante tecnología demostrada. Básicamente es un triciclo que consta de un sistema de propulsión dual con motores Rotax, uno que le permite volar y el otro circular por la vía pública como un vehículo estándar, al tiempo que resuelve dos de los grandes problemas a los que se enfrentaban este tipo de vehículos: por un lado, cuenta con un tamaño compacto -unos cuatro metros de longitud, dos de anchura y 1,6 de altura-; y por otro, su suspensión rebajada y el cockpit inclinable le permiten adaptarse al paso por curva.
Lo que es importante tener en cuenta es que requieren estar en posesión de una licencia de conducir y una licencia de piloto (PPL o LAPL) para su conducción. Por otra parte y, si bien es cierto que su uso por el aire está sujeto a las normativas aéreas, en gran parte de las ocasiones no será necesario disponer de un plan de vuelo o estar en contacto con la torre de control, ya que se utilizará fuera del espacio aéreo controlado. Eso sí, no puede aterrizar ni despegar en cualquier lugar.
Por último y respecto a su precio, la Pioneer Edition parte desde poco más de 500.000 euros, siendo la primera que llegará a los clientes y la que permite personalizar los acabados interiores y exteriores; mientras que la Standard Sport podrá adquirirse por casi 300.000 euros, en ambos casos sin impuestos y previa reserva de 2.500 euros.