Todo parece indicar que el 2018 va a ser un año más caro en todos los sentidos ya sea para comprar un coche o para repostar carburante. En primer lugar porque algunos países ya están planteándose implantar el nuevo ciclo de homologación WLTP que incrementará hasta en un 40% las cifras de emisiones, y por lo tanto el gravamen asociado a estas, a lo que hay que sumar que ahora Hacienda quiere subir el impuesto de los carburantes.
Con los Presupuestos Generales del Estado aún en trámite parlamentario hemos sabido que se ha incluido un incremento encubierto de la presión fiscal de los carburantes. Dicho incremento afectaría desde el próximo año a un total de nueve comunidades autónomas: Madrid, La Rioja, País Vasco, Navarra, Extremadura, Asturias, Cantabria, Castilla y León y Aragón. Esta subida de impuestos estaría relacionada directamente con la eliminación del tramo autonómico desaparecido o «céntimo sanitario». De esta forma, el tipo estatal especial pasaría de 4,8 céntimos por litro a 7,2 céntimos.
Estas comunidades autónomas en la actualidad aplican tipos inferiores o bien no los aplican directamente, por lo que verán incrementada la presión fiscal, aunque de forma distinta. En aquellas comunidades donde no se aplicaba este gravamen como La Rioja, Navarra o País Vasco verán incrementado los impuestos de los carburantes en un 12%, mientras que en Andalucía, Galicia o Asturias donde ya se aplicaba dicho tipo, no verán ninguna subida adicional.
Con los nuevos Presupuestos Generales del Estado, Hacienda quiere: «garantizar la unidad de mercado en el ámbito de los combustibles y los carburantes, integrando el tipo impositivo autonómico del Impuesto sobre Hidrocarburos en el tipo especial, sin que dicha medida suponga un menoscabo de los recursos de las comunidades autónomas y todo ello dentro del marco normativo comunitario«.
En las regiones donde se incrementa la presión fiscal el precio del carburante aumenta hasta en 2,6 euros por cada repostaje, lo que a la larga supone un desembolso considerable para los conductores. Otras comunidades autónomas como Madrid o Asturias no experimentarán una subida tan radical puesto que han situado este impuesto en un tramo intermedio, que va desde los 1,7 céntimos en la comunidad de Madrid hasta 4 céntimos en Asturias.