Si estás pensando en dar el salto a la movilidad eléctrica, seguramente te ronde una pregunta por la cabeza: ¿realmente me va a salir más rentable? Internet está repleto de medias verdades y análisis sesgados. Aunque la respuesta dependa de la situación personal de cada usuario, calcular el ahorro a medio y largo plazo es más sencillo de lo que parece.
En este artículo te vamos a enseñar cómo hacerlo para que tomes la decisión con datos en la mano. Y si no quieres complicarte la vida, siempre pudiendo tomar referencias en plataformas como CargaCocheEléctrico, que cuentan ventajas más que completas como una calculadora del ahorro de un coche eléctrico donde, introduciendo tus datos, obtendrás una estimación personalizada al instante.
¿Realmente me compensa? Aprende a calcular el ahorro paso a paso
Para saber si un coche eléctrico te supondrá un ahorro, necesitas comparar dos cosas: lo que gastas ahora con tu coche de gasolina o diésel y lo que gastarías con uno eléctrico. Comienza calculando tu gasto actual en combustible.
En primer lugar, anota cuántos kilómetros recorres al mes y el consumo medio de tu coche. Por ejemplo, si recorres 1.000 kilómetros al mes con un coche que consume 6 litros cada 100 kilómetros, estás gastando unos 60 litros mensuales. Multiplica eso por el precio actual de la gasolina y tendrás tu gasto aproximado.
Ahora toca calcular tu futuro gasto en electricidad. Con los mismos kilómetros, busca el consumo kW medio de un coche eléctrico, que suele estar entre 15 y 20 kWh por cada 100 kilómetros. Finalmente, multiplica ese consumo por el precio del kilovatio hora que tengas contratado.
Por ejemplo, 1.000 kilómetros al mes con un consumo de 16 kWh te supondrán unos 160 kWh mensuales. Si tienes una buena tarifa con discriminación horaria, podrías pagar unos 0,15 euros por kWh, a veces por debajo de los 0,10 euros el kWh. ¿El resultado? Apenas 24 euros al mes. La diferencia con los más de 100 euros que gastabas en gasolina es abismal.
Para afinar aún más el cálculo, debes tener en cuenta tu perfil como conductor. Si eres un usuario urbano que recorre pocos kilómetros al día, tu ahorro será enorme. Si, por el contrario, haces muchos kilómetros en carretera, ahorrarás en carburante, pero deberás planificar las recargas en viajes largos.
Elegir el cargador correcto para tu coche
El ahorro obtenido depende también de la solución de carga que elijas. La opción más recomendable para el hogar es, sin lugar a dudas, el cargador de pared o Wallbox. A diferencia de la carga mediante un enchufe doméstico convencional, que es lenta y no está diseñada para soportar corrientes elevadas de forma continuada, un Wallbox está concebido para la recarga frecuente y segura de vehículos eléctricos.
Su instalación, que debe ser realizada por un profesional electricista, garantiza que el proceso de carga se realice de manera óptima, protegiendo tanto la instalación de tu vivienda como la del propio vehículo. La ventaja principal de un Wallbox es la velocidad. Mientras un enchufe Schuko convencional puede proporcionar potencias de alrededor de 2,3 kW, un Wallbox monofásico puede ofrecer 7,4 kW, multiplicando la velocidad de carga por tres.
Por si fuera poco, existen cargadores trifásicos que pueden alcanzar los 11 kW o 22 kW, reduciendo aún más el tiempo de espera. Sea cual sea el modelo que elijas, tu decisión debe basarse en varios criterios técnicos y prácticos. La potencia del cargador es el primero. Debes verificar la potencia máxima de carga que admite tu vehículo para no instalar un equipo más potente de lo que el coche puede aprovechar.
Por otro lado, los cargadores más avanzados incorporan conectividad WiFi o Bluetooth, permitiéndote controlar y programar la carga de forma remota a través de una aplicación en tu smartphone para aprovechar al máximo las tarifas con discriminación horaria. Estos sistemas suelen ofrecer estadísticas detalladas de consumo kW, permitiéndote monitorizar tu gasto energético y tu eficiencia al volante.
Para un usuario que recorra 15.000 km anuales y cargue principalmente en casa, la inversión en un Wallbox inteligente se amortiza con creces en un plazo relativamente corto, gracias al ahorro acumulado en la factura eléctrica. Puedes conocer algunos de los mejores cargadores para tu coche en la ya mencionada plataforma CargaCocheEléctrico.
El ahorro real, en cifras que hablan por sí solas
Mientras un coche de gasolina consumiría unos 975 litros de combustible, con un coste aproximado de 1.700 euros al año (a 1,75€/l), el eléctrico consumiría alrededor de 2.550 kWh. Con una tarifa nocturna inteligente, este consumo costaría entre 230 y 360 euros anuales. Es decir, un ahorro directo de entre 1.340 y 1.470 euros anuales solo en combustible.
A esto debemos sumar el ahorro en mantenimiento: unos 200-300 euros menos al año en cambios de aceite, filtros y otros elementos de desgaste de los que carece un eléctrico. Asimismo, muchas Comunidades Autónomas ofrecen bonificaciones de hasta el 75% en el Impuesto de Circulación durante los primeros años, lo que supone otros 60-100 euros de ahorro anual.
En total, el ahorro anual real puede superar los 1.700 euros para un uso medio. En cinco años, habrías ahorrado más de 8.500 euros, suficiente para pagar la instalación de tu cargador y seguir sumando.