Si por algo destaca el preparador alemán ABT Sportsline es por las preparaciones que realiza en los grandes SUVs del mercado, siempre dándoles un toque deportivo y más agresivo sin traspasar la línea de lo hortera. Su último trabajo toma como base el Audi Q7, pero en esta ocasión las mejoras estéticas y mecánicas no son para el miembro más poderoso de la familia.
Hoy, ABT nos ha mostrado su puesta a punto sobre la bestia SUV equipada con el motor diésel 50 TDI. Su carrocería luce nuevos aderezos aerodinámicos en fibra de carbono que hacen que el modelo sea más robusto y musculoso, subrayando su enfoque deportivo con elementos como las nuevas llantas de aleación de 22 pulgadas que están disponibles con tres diseños diferentes.
Los clientes pueden pedir el paquete aerodinámico con dos configuraciones diferentes. Por un lado tenemos una que respeta las líneas del modelo de serie y por el otro, un kit que ensancha al ya grande de por sí todocamino. Si nos decantamos por este kit, ABT incluirá un nuevo paragolpes delantero, nuevos faldones laterales con las salidas de aire reestructuradas, extensiones de los guardabarros y, como no, un nuevo paragolpes trasero.
El cliente también puede comprar el logotipo ABT cromado para la parrilla delantera y el alerón trasero ABT.
En términos de rendimiento, se puede aumentar la potencia y el par motor del bloque de 3.0 litros TDI hasta los 330 CV (243 kW) y los 650 Nm de par. No hay cifras oficiales de aceleración, pero lo más probable es que bajen el 0 a 100 km/h por debajo de los 6 segundos, lo que no está nada mal teniendo en cuenta la masa global del vehículo en cuestión.