Anteriormente os hablamos del Tucker Torpedo en relación con las 5 tecnologías más asombrosas del mundo del motor que nunca llegaron a triunfar, y ahora hemos conocido que el mismísimo coche Tucker Sedan de Preston Tucker será subastado por RM Sotheby’s. La historia detrás este modelo es cuanto menos curiosa, incluso propia de alguna producción de Hollywood.
Preston Tucker nació en 1903 en Michigan (Estados Unidos) y consiguió revolucionar el mundo del automóvil presentando en 1940 un vehículo llamado Tucker Sedan. Solo se fabricaron 51 unidades ya que por diferentes acusaciones de la prensa y una dura batalla legal acabarían muriendo de éxito.
Fue un coche realmente revolucionario para la época y prometía una serie de innovaciones muy importantes como un motor trasero de seis cilindros, mejoras de seguridad o frenos de disco entre otros. La expectación creada fue tal que todo el mundo quería hacerse con uno de estos coches, y antes de su presentación todo el mundo conocía a fondo los detalles del modelo en cuestión. Pese a que aseguraron su continuidad recaudando fondos de sobra cometieron un grave error, el de comenzar a vender accesorios para el vehículo antes de que saliera al mercado. Esto les llevó a una dura batalla legal, que aunque ganaron acabó hundiéndolos.
Esta unidad en concreto que podemos ver en las imágenes fue uno de los vehículos que realizó las pruebas de alta velocidad en el Circuito de Indianapolis allá por 1948, pero además puede presumir de ser el coche del mismísimo Preston Tucker durante un total de siete años. Se encuentra en perfecto estado, y aunque no sea el único Tucker por el que no han pasado los años su precio rondará entre los 1,05 y 1,26 millones de euros. Además esta unidad se convirtió en toda una estrella gracias a la película «The Tucker: The Man and the Car«, en la que de forma promocional y a todo color se mostró el coche al público.
Pero esta unidad en particular no ha pasado solo por las manos de Preston Tucker, sino que también ha formado parte de alguna de las familias más adineradas de los Estados Unidos, como la de los Rockefeller. El que sería el gobernador de Arkansas compró este Tucker a su creador en 1955, aunque solo lo tendría en su poder durante cinco años hasta que pasó a otras manos en 1959. En 1967 regresó a San Francisco, donde fue directamente a la colección personal de Jack Bart, el agente de James Brown. Aquí sería repintado volviendo a su color original para pasar a ser uno de los 22 Tucker que formarían parte de la producción «Tucker: The Man and His Dream«.