Todos somos buenos conductores, eso está claro desde que nos dan nuestro carnet provisional. Sin embargo, cuando nos ven desde fuera y critican algo de lo que hacemos al volante… ¡Ojo que se nos hincha la vena en la frente! ¿Pero y si quien nos lo dice es la viva imagen de la inocencia? Puede que ahí ya nos paremos a reflexionar un poco sobre el tema.
Midas, junto a la empresa demoscópica Ipsos y la Asociación Nacional para la Seguridad Infantil, han llevado a cabo un peculiar estudio bautizado como «Hábitos de seguridad vial de padres e hijos en el coche» que refleja las diferencias entre lo que los padres opinan sobre sus diversas prácticas al volante y lo que los niños piensan al respecto. El informe fue presentado el pasado miércoles 28 de septiembre y se llevó a cabo sobre una muestra de 1.500 personas, partiendo de 750 encuestas en las que participaron padres de entre 25 y 54 años de edad y niños de entre 5 y 12 años cuyos progenitores son conductores habituales de automóvil.
Las prácticas sobre las que versa la encuesta son de lo más diverso, desde desviar la atención de la carretera para atender a los niños hasta hablar por el móvil, conducir deprisa, anclar correctamente el sistema de retención infantil, aparcar o enfadarse con el resto de conductores. Por ejemplo, en el primer caso, el 53% de los hijos considera que sus padres se despistan al volante para prestarles atención, frente al 2% de los adultos que reconoce hacerlo. De ellos, el 35% asegura que atiende a sus hijos en el coche sin llegar a darse la vuelta y manteniendo su atención en la carretera; mientras que, 6 de cada 10 (63%) afirma que piden a sus hijos que esperen a parar para poder atenderles como es debido.
El 55% de los niños reconoce que sus padres buscan aparcamiento lejos del colegio. El 75% afirma que sus padres les recogen en la puerta del centro y 6 de cada 10 menores asegura que abren ellos mismos la puerta del coche cuando les recogen.
Otra práctica habitual que padecemos el resto de conductores que no tenemos hijos es atravesar una zona escolar en plena hora punta. Sí, creo que ya sabéis por dónde van los tiros: ese bonito momento para probar la dirección de tu coche mientras navegas por un río de niños, padres y coches mal aparcados en doble y triple fila con todas las puertas abiertas de par en par (si se me permite el apunte, os diré que en mi barrio hay cuatro colegios pegados ¡Imagináos!). En este caso, hablamos de que el 44% de los menores reconoce que sus padres aparcan frente al colegio de manera poco adecuada «junto al resto de padres de sus compañeros«.
Tema aparte es el de la velocidad en la carretera, a ver quien reconoce que supera los límites de velocidad con «San Pegasus» sobrevolando nuestras cabezas y lo calentito que está el tema de los puntos. Pues solo un 7% de los adultos lo hace, mientras que un 11% de los niños considera que los adultos conducen «deprisa» cuando viajan en el vehículo con ellos.
Pasando a los sistemas de retención infantil, parece ser que en este punto sí que aprueban los padres, pero con un suficiente. Por ejemplo, 7 de cada 10 niños encuestados de entre 5 y 12 años afirman que van siempre sentados en su silla infantil, pero el 28% de los mismos reconoce que no la utiliza nunca. En este caso, es cierto que un 53% de los niños supera los 9 años y pueden medir ya más de 1,35 metros. Al menos el 86% de los menores afirma que viaja en los asientos traseros, ya sea en la silla especial o con el cinturón de seguridad.
Punto a favor sin duda para los padres respecto al uso del cinturón de seguridad, pues el 97% de los niños afirma que sus padres lo llevan puesto. Eso sí, aún penalizamos en el uso del teléfono móvil al volante, con un 17% de adultos que lo utiliza en presencia de sus hijos mientras conducen. Por contra, 4 de cada 10 (37%) destaca que sus padres lo utilizan cuando el vehículo está parado.
A la hora de realizar viajes largos, padres e hijos coinciden en que paran a descansar cada X tiempo (71% y 65%, respectivamente). Algo es algo.
Y hablando de estar con el coche parado, ¿dejarías que tu hijo se bajara solo del coche sabiendo la de cafres que hay en la carretera? Pues 8 de cada 10 pequeños dicen que ‘entran solos en el vehículo’ -el 90% de los cuales tienen entre 9 y 12 años-; mientras que el 58% de los niños sale solo -el 79% tiene de 9 a 12 años- y el 42% lo hace ayudado por su padre o madre.
Por último, dato curioso es el hecho de que solo un 20% de los niños reconoce portarse «regular» a bordo del coche, frente a un 83 por ciento que dice portarse bien y 4 de cada 10 menores que considera que «nunca pide nada en el coche como agua, chucherías o comida«. Está claro que la vida en el coche con niños es complicada, pero hay quien sabe mantener la compostura y a quien no le vendría mal una tilita, porque 3 de cada 10 encuestados destaca que los padres «gritan o hacen gestos feos« a otros conductores cuando conducen y el 70% de padres y adultos reconoce enfadarse algunas veces.
Parece ser que los padres no son tan buenos como conductores como creíamos, y no lo dicen los expertos, lo dicen sus propios hijos. Quizá sea hora de consultar a los menores que tengamos cerca y hacer una prueba, o simplemente pararnos a reflexionar con este análisis para ver si debemos cambiar algunos hábitos. Al fin y al cabo, en un futuro, ellos también serán conductores.