La Unión Europea, en su afán de perseguir la neutralidad libre de carbono y de reducir las emisiones de gases contaminantes ha dado un nuevo paso en el control de las mismas con la nueva normativa Euro 6e-bis.
La normativa Euro 6e-bis, es en realidad una actualización clave que afecta especialmente a los coches híbridos enchufables, conocidos como PHEV. Aunque a primera vista pueda parecer un ajuste técnico más, en realidad supone un cambio profundo en la forma de medir el consumo y el CO₂, con consecuencias directas para fabricantes, empresas y conductores.
Como habrás podido observar, durante años, muchos híbridos enchufables han presumido de cifras oficiales de emisiones muy bajas, a veces incluso ridículas o poco creíbles. Cualquier que tenga un PHEV o lo haya conducido de da cuenta de que en la práctica diaria esas cifras no siempre se cumplían ya que en el momento en el que la batería “muere” nos quedamos con un coche híbrido convencional que además tiene que moverse con un “lastre” considerable si tenemos en cuenta el alto peso de las baterías.
La Euro 6e-bis nace precisamente para corregir esa diferencia entre lo que dicen los papeles y lo que ocurre en la carretera.
¿Qué es exactamente la Euro 6e-bis?
La Euro 6e-bis es una evolución de la normativa Euro 6 que regula las emisiones de los vehículos ligeros en Europa. Su objetivo es sencillo de explicar: que las cifras oficiales de emisiones se parezcan mucho más a las emisiones reales. Para lograrlo, introduce pruebas más exigentes y condiciones de homologación que reflejan mejor cómo se usan los coches en el día a día.
El foco principal está en los híbridos enchufables, ya que estos vehículos combinan un motor eléctrico con uno de combustión. Hasta ahora, su homologación partía de la idea de que se conducían la mayor parte del tiempo en modo eléctrico, algo que no siempre ocurre en la vida real.
¿Por qué la Unión Europea ha cambiado las reglas?
Las autoridades europeas detectaron un problema evidente: muchos PHEV estaban homologados con emisiones de CO₂ muy bajas, pero cuando se analizaba su uso real, las emisiones eran bastante más altas. Esto no solo afectaba a los objetivos climáticos, sino también a la equidad del sistema.
Las cifras oficiales de CO₂ influyen directamente en los impuestos, los beneficios para coches de empresa y las ayudas públicas. Si esas cifras no reflejan la realidad, se generan ventajas injustas y se debilita la credibilidad de la normativa ambiental. La Euro 6e-bis llega, por tanto, para alinear los datos oficiales con el uso real de los vehículos y con los compromisos del Pacto Verde Europeo.
¿Qué cambia con la Euro 6e-bis en la práctica?
El cambio más importante está en cómo se calcula el peso del modo eléctrico en los híbridos enchufables. Hasta ahora, las pruebas asumían recorridos relativamente cortos y un uso muy intensivo de la electricidad. Con la nueva norma, se simula una distancia mucho mayor, lo que reduce la proporción de conducción eléctrica en el cálculo final.
El resultado es claro: muchos PHEV verán aumentar su cifra oficial de CO₂. En algunos casos, el valor homologado puede llegar a duplicarse respecto a la normativa anterior, no porque el coche contamine más, sino porque ahora la medición es más realista.
Además, las pruebas en carretera se realizan en condiciones más variadas, con temperaturas más altas y situaciones que se acercan más a la conducción cotidiana. Esto permite detectar emisiones que antes no se reflejaban en los ensayos de laboratorio.
¿Cuándo entra en vigor y a quién afecta?
La Euro 6e-bis será obligatoria para los nuevos modelos a partir del 1 de enero de 2026. Los vehículos que ya están a la venta deberán adaptarse antes de que termine ese mismo año si quieren seguir comercializándose sin problemas. A partir de 2026, todos los coches nuevos matriculados deberán cumplir con esta normativa.
Aunque afecta a turismos y vehículos comerciales ligeros, su impacto más notable se concentra en los híbridos enchufables, tanto en el mercado particular como en el de flotas y empresas.
Qué supone para empresas y conductores
Para los fabricantes, la nueva normativa implica revisar sus modelos y asegurarse de que las cifras de consumo eléctrico y autonomía sean realistas. Aquellos vehículos diseñados para destacar en homologación, pero no en uso real, lo tendrán más difícil.
En el caso de las empresas, especialmente las que gestionan flotas, el cambio puede traducirse en mayores costes fiscales, ya que el CO₂ homologado influye directamente en la tributación. Esto podría acelerar el paso hacia vehículos totalmente eléctricos, que ofrecen mayor claridad regulatoria.
Para los conductores particulares, la diferencia estará en la etiqueta técnica del coche. Un híbrido enchufable homologado bajo Euro 6e-bis mostrará un CO₂ más alto que uno similar certificado antes. Por eso, cada vez será más importante fijarse en la fecha de homologación y entender qué hay detrás de la cifra.
Lo que viene después: una medición aún más real
La Euro 6e-bis no es el punto final. A partir de 2027 llegará una nueva fase que irá un paso más allá, con sistemas que monitorizarán el consumo real de combustible y electricidad durante el uso del vehículo. Esta información servirá para ajustar todavía más las cifras oficiales y comprobar si los coches cumplen lo prometido.
Con este enfoque, la Unión Europea deja claro que el futuro de la movilidad no pasa solo por nuevas tecnologías, sino por transparencia y datos reales. La Euro 6e-bis es, en esencia, un intento de que lo que aparece en el catálogo se parezca, por fin, a lo que los clientes se encuentran cuando el coche sale a la carretera y que de esta forma no se cometan los engaños que se han cometido hasta la fecha.

