La Dirección General de Tráfico siempre está en boca de todos los automovilistas, especialmente cuando se acercan fechas tan señaladas como Semana Santa y se avecinan dispositivos especiales. Además, ahora la DGT quiere ser transparente y acercarse al ciudadano con información estadística de sanciones en su web, recogiendo una elevada cifra de “recetas” que sin duda alguna crecerá si finalmente se rebaja el límite de 100 a 90 km/h en algunas carreteras convencionales.
Como ya te comenté, comenzamos el 2018 con un mayor control, acompañado de una mejor educación y formación para concienciar a los conductores. Entre estas nuevas reformas que se llevarán a cabo encontramos una nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial, la puesta en funcionamiento de la plataforma del vehículo conectado DGT 3.0 o un plan de medidas contra la siniestralidad de los más vulnerables.
Estas reformas irán acompañadas de un mayor control en las carreteras, y es por ello la DGT adquirirá drones para el control del tráfico, elaborará un plan contra la velocidad, publicará una nueva instrucción de radares y empleará una nueva generación de 60 radares compactos bautizada como Velolaser que son prácticamente indetectables. Sin embargo, hoy hemos conocido que la polémica está servida con los mismos, pues la ONG Unión Internacional para la Defensa de los Motociclistas ha denunciado que su colocación podría resultar ilegal.
Ya te conté que ahora los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil no tendrán tanta complicación a la hora de instalarse en la cuneta a poner multas, pues junto a las nuevas motos con radar incorporado se unen estos compactos radares versátiles y extremadamente fáciles de instalar y desinstalar que caben en la palma de una mano, lo cual facilita su instalación, entre otros lugares, en los guardarraíles, siendo precisamente en esa localización donde podrían poner en peligro a los conductores.
La denuncia recoge que los nuevos cinemómetros láser de Invia Sistemas, cuya adquisición podemos leer en el BOE 43 del 17 de febrero de 2018, podrían no contar con la aprobación por parte de la normativa para su instalación sobre el quitamiedos, de acuerdo con la descripción de sus características recogida en el pliego emitido por la Guardia Civil el pasado año.
Tal y como recoge la denuncia, «la DGT debe, antes de poner el cinemómetro sobre la barrera, realizar las pruebas de comportamiento e impacto de la norma UNE-EN 1317, en garantía de evitar un desprendimiento y una proyección del dispositivo cinemómetro y que no se alteran las condiciones exigidas por la certificación de la propia barrera«. Sin embargo, tal y como revelan las fotografías de la presentación de los radares, estos se han instalado sobre barreras en carreteras abiertas al tráfico pero la DGT no ha llevado a cabo los ensayos de comportamiento e impacto pertinentes.
Es por ello que la Unión Internacional para la Defensa de los Motociclistas solicita a la Dirección General de Tráfico que demuestre estar en posesión de los resultados de las pruebas y los informes correspondientes de testado y certificación, pues la instalación de estos dispositivos sobre la banda del guardarrail podría mermar la efectividad de mismo en caso de impacto e incluso proyectar el radar y causar otros daños. En caso de no contar con la pertinente certificación, su instalación sería totalmente irregular. Igualmente, para que la Guardia Civil pueda usar los cinemómetros sobre sus trípodes, estos deben colocarse a una distancia de 1,6 metros tras la barrera.