El Buick LaCrosse de última generación lleva unas pocas semanas a la venta en Estados Unidos y en estos días también aterriza en los concesionarios de la firma en China. Con él esperan conquistar al público más tradicional que busca mucho espacio, una elevada calidad de realización y un equipamiento a la última.
Como buen producto alto de gama se ofrece con una imagen impactante cargada de cromados y otros detalles que aumenten la sensación de buen coche. En el interior ocurre algo similar, apostando por la piel y la madera para recubrir la mayoría de las superficies.
Las posibilidades de equipamiento son muy amplias, pudiendo equipar asientos eléctricos y con masaje, navegación, Mirror Link, Wi-Fi, tapizado en nappa, techo solar deslizante, climatizador automático de tres zonas, alerta de cambio de carril, detector de objetos en ángulo muerto, control de crucero adaptativo, lector de señales de tráfico, etc.
Para garantizar un comportamiento a la altura puede equipar una suspensión pilotada que se adapta a las necesidades del conductor en cada momento. En cualquier caso con más de cinco metros de longitud lo que se ha buscado es el máximo confort en el interior.
La oferta de motores arranca con el bloque 1.5 SIDI Turbo que desarrolla 170 CV de potencia y un par máximo de 252 Nm. Se combina con una transmisión de doble embrague con siete velocidades nueva en General Motors y que en unos meses también veremos en Opel.
Como opción más prestacional está el 2.0 SIDI Turbo con 262 CV de potencia con especificación Euro V en combinación con una caja automática con convertidor de par seis relaciones y funcionamiento inteligente. Según declara Buick es capaz de alcanzar los 235 km/h de velocidad máxima y acelerar de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos.
El nuevo LaCrosse está disponible ya en los concesionarios chinos con precios que oscilan entre los 225.800 y 339.800 yuanes, es decir, entre 30.980 y 46.604 € al cambio actual.