Bugatti acaba de presentar el Programme Solitaire, una iniciativa inédita enfocada en la creación de vehículos one-of-one que combinan arte, ingeniería y personalización extrema.
La primera joya de esta colección es Bugatti Brouillard, un coupé hiperdeportivo que rinde homenaje al legado ecuestre de Ettore Bugatti y a su caballo favorito, Brouillard.
Bugatti Brouillard: más que un coche, una escultura rodante
Diseñado para celebrar la herencia artesanal de la marca, el Brouillard representa la culminación de casi dos décadas de excelencia tecnológica impulsada por el motor W16 quad-turbo de 1.600 CV de potencia. No se trata solo de potencia; el diseño del Brouillard es un ejercicio de proporciones clásicas, superficies esculpidas y líneas orgánicas que según la propia Bugatti, evocan la musculatura de un caballo de pura sangre.
Un homenaje al amor de Ettore Bugatti por los caballos
El nombre Brouillard no fue elegido al azar. Así se llamaba el caballo más querido de Ettore Bugatti, capaz incluso de abrir la puerta de su establo gracias a un mecanismo diseñado por el propio Ettore. Este vehículo encarna esa misma combinación de inteligencia, gracia y poder.
Desde el color de su carrocería —inspirado en el pelaje blanco moteado de Brouillard— hasta los detalles bordados de caballos en los paneles de las puertas, el coupé transmite una profunda conexión emocional con el legado de la familia Bugatti.
Así es el Programme Solitaire
El Programme Solitaire representa una evolución del ya exclusivo Bugatti Sur Mesure, llevado a un nivel sin precedentes. Limitado a solo dos unidades por año, este programa ofrece libertad creativa total, reviviendo el arte del coachbuilding que Jean Bugatti trajo al taller familiar en los años 30.
Cada línea del Brouillard está diseñada no solo para ser bella, sino también funcional. El alerón trasero fijo, el difusor optimizado y los conductos de aire están perfectamente integrados en una carrocería que prioriza la eficiencia aerodinámica sin sacrificar la elegancia.
En el interior, materiales como fibra de carbono teñida en verde, aluminio mecanizado y tejidos personalizados con patrones tartán dan forma a una cabina donde tradición y vanguardia conviven. El techo panorámico de cristal permite contemplar la columna vertebral del coche desde dentro, como si de una catedral mecánica se tratase.
Un encargo con historia familiar
El coleccionista que encargó el Brouillard es un apasionado no solo de los automóviles Bugatti clásicos y modernos, sino también del mobiliario de Carlo Bugatti y las esculturas de Rembrandt Bugatti. Este encargo reúne todas las expresiones artísticas de la familia en una obra maestra de ingeniería y diseño.