El RACC, con la colaboración de Michelin, ha analizado el nuevo sistema de etiquetado de neumáticos, coincidiendo con la llegada de la nueva etiqueta informativa, de obligado cumplimiento a partir del próximo 1 de noviembre. La etiqueta, incluye tres prestaciones:
- El impacto sobre el consumo de carburante, y por lo tanto, sobre las emisiones de CO2: clases de «A» a «G»
- La distancia de frenada en suelo mojado: clases de «A» a «G»
- El ruido exterior de rodadura medido en decibelios.
Informar a los usuarios

Una cuestión de seguridad y de ahorro
La normativa relativa al etiquetado de los neumáticos se aplicará a los turismos, vehículos comerciales, 4×4, camiones, autocares y autobuses, y no afecta a los neumáticos clasificados como recauchutados, con clavos, off-road, competición y colección.
En los ensayos realizados de adherencia del neumático en superficie mojada se aprecia, entre la categoría «A» y «G», una diferencia en la distancia de frenado de hasta un 30%. Ello equivale a decir que un neumático de categoría «A» frena 18 metros antes que uno de categoría «G», un aspecto que, en determinadas circunstancias, puede ser la diferencia entre sufrir o no sufrir un accidente de tráfico.
De igual manera, un neumático etiquetado con categoría «A» supone para el conductor un ahorro de carburante del 7,5% (0,5 l por cada 100 km), tomando como modelo un turismo que consume 7l/100 Km.
Costes de uso de los neumáticos para el usuario
El conductor en el momento de la compra, aparte del precio, debe tener en cuenta criterios tan importantes como:
– La vida útil en kilómetros (duración)
– El ahorro en el consumo de carburante
– El número de reparaciones/sustituciones necesarias en el caso de un neumático de menor calidad
A partir de un total de 180.000 km recorridos con un vehículo, podemos realizar una simulación de costes.
Fuente: RACC
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