Tesla siempre ha sabido generar polémica, pero esta vez, el debate no gira en torno a una nueva tecnología de conducción autónoma ni a una revolución energética. Lo que está dando que hablar es algo mucho más simple —y paradójicamente, más confuso—: el nuevo “Closed Glass Roof”, o techo cerrado, del Tesla Model Y Standard.
Una de las “novedades” más comentadas del modelo no es realmente nueva: Tesla ha decidido mantener el techo de cristal… pero cubrirlo. Una jugada que muchos usuarios ya califican de chapuza tecnológica y que plantea una pregunta incómoda: ¿por qué conservar un techo panorámico si se va a tapar?
Un techo de cristal que ya no deja ver el cielo
En generaciones anteriores, el techo panorámico era uno de los símbolos de diseño premium de Tesla. Permitía la entrada de luz natural, aportaba amplitud y reforzaba esa sensación futurista que la marca siempre ha vendido.
Ahora, con el “Closed Glass Roof”, Tesla mantiene la estructura de cristal, pero la recubre con material opaco para mejorar el aislamiento térmico y acústico. En otras palabras, el techo sigue siendo de vidrio por fuera, pero el conductor y los pasajeros ya no pueden disfrutar de su principal función: ver el cielo.
¿El resultado? Un techo que ni es panorámico ni es práctico, y que parece más una solución improvisada que una innovación real.
¿Innovación o ahorro de costes?
La decisión ha levantado sospechas entre los seguidores de la marca. Algunos apuntan a que Tesla habría mantenido el techo de cristal por motivos de producción, para no rediseñar completamente el molde del techo. De ser así, el supuesto avance tecnológico no sería más que una medida de ahorro camuflada de innovación.
A nivel técnico, es cierto que el nuevo sistema mejora el aislamiento térmico y acústico, pero ese beneficio podría haberse logrado con un techo metálico convencional, más ligero y eficiente. En cambio, Tesla parece haber optado por una solución intermedia que ni optimiza del todo el rendimiento ni mantiene la estética original.
Una decisión difícil de justificar
Tesla ha construido su imagen sobre la innovación radical, el diseño minimalista y la promesa de una experiencia de conducción diferente. Pero el “Closed Glass Roof” del Model Y Standard parece ir justo en la dirección opuesta: un paso atrás disfrazado de mejora.
En lugar de ofrecer una evolución del diseño, la marca presenta un techo de cristal que renuncia a su propia esencia, un movimiento que muchos interpretan como una contradicción técnica y estética.
El debate está servido
Con esta decisión, Tesla demuestra que incluso las marcas más vanguardistas no están exentas de decisiones cuestionables. El “Closed Glass Roof” puede tener sentido desde un punto de vista de eficiencia térmica ya que siempre nos hemos quejado de que los techos de los Tesla dejan pasar demasiado calor, algo que se traduce en una mayor necesidad de climatización.
La marca insiste en que mejora la insonorización que se ha visto reducida con la eliminación de las ventanillas laterales laminadas y también reduce la necesidad de climatización y las vibraciones.
¿Tú opinas que es obra maestra o una chapuza monumental?