Los coches eléctricos eran algo reservado a la ciencia ficción pero en los últimos años, el creciente temor acrecentado por las políticas medioambientales ha hecho que en cierto modo, este tipo de vehículos empiece a despegar, eso sí, lentamente.
A pesar de que la cuota de mercado de eléctricos y PHEV es mínima -tal y como demuestran las ventas de coches eléctricos-, las grandes empresas están empezando a tomar posiciones.
Iberdrola está acelerando en su carrera hacia el negocio de las electrolineras y quiere desplegar más de 25.000 puntos de carga en los próximos 4 años. Puntos como las estaciones de servicio Avia, los centros de Eroski o la cadena de restaurantes Burger King han sido algunos de los elegidos para que la eléctrica sitúe sus futuros puntos de recarga de coches eléctricos.
Tanto Repsol como Cepsa también están dándole la vuelta a su estrategia y ahora han pasado a una nueva etapa de su vida empresarial, la de convertirse en empresas multienergía.
La ofensiva que pretende copar la vía pública y las carreteras con electrolineras pasa por cerrar el mayor número de acuerdos lo más rápido posible con las empresas que tengan áreas de estacionamiento de vehículos esparcidas por todo el territorio nacional.
Por su parte, Endesa está cerrando acuerdos para desplegar más de 4.000 puntos de carga en los estacionamientos de empresas como Saba, Indigo, Parkia, Carrefour, McDonald´s o Decathlon.
Con estos ambiciosos planes ya en marcha lo que podemos augurar es que en unos 10 años, los coches eléctricos sí que podrían llegar a representar una parte importante de nuestro parque móvil, eso sí, si los precios de los mismos se normalizan.
Vía Expansión