Si pensabas que el señor Pere Navarro, director de la DGT, se estaba pasando proponiendo medidas restrictivas para reducir la siniestralidad vial en España, espera a ver lo que nos tiene preparada la Unión Europea (UE). Parece ser que los políticos no confían en exceso en los conductores y, en lugar de educarnos en seguridad vial o de mejorar las características de muchas carreteras, quieren que los coches sean nuestros nuevos padres.
Sí, has leído bien, el coche será peor que nuestra madre cuando vayamos a salir de casa un viernes por la noche, o al menos eso pretende el Consejo Europeo de Transporte y Seguridad de cara a mayo de 2022. Respaldado por miembros del Parlamento Europeo, el mencionado Consejo asegura que sus nuevos sistemas obligatorios «reducirán las colisiones en un 30 por ciento y salvarán 25,000 vidas en solo 15 años desde su introducción».
Y puede que estés pensando que quizás estas medidas nunca lleguen a ser obligatorias, pero solo hay que recordar que Volvo instalará un límite de velocidad máximo de 180 km/h en todos sus modelos. Algo similar ocurre con el sistema de Asistencia Inteligente de Velocidad (ISA) que ha presentado la UE, que incluye estas tecnologías obligatorias para todos los vehículos nuevos:
- Un GPS con reconocimiento de señales de tráfico capaz de detectar el límite de velocidad de la carretera, de forma que la potencia del motor del vehículo se ajuste en consecuencia para que no podamos sobrepasar dicho límite. Inicialmente, el sistema se apagaría al pisar el acelerador, pero sólo hasta que los conductores se habitúen a ello.
- Registradores de datos, a modo de caja negra.
- Asistente avanzado de frenada de emergencia.
- Asistente avanzado de carril.
- Cámara trasera y sensores de aparcamiento.
- Detector de fatiga del conductor con cámara.
- Un alcoholímetro que inmovilice el vehículo si hemos bebido y queremos conducir.
Si bien estas medidas están sujetas a la aprobación formal del Parlamento Europeo y de los estados miembros de la UE en septiembre, la Comisión Europea ya ha aprobado esta legislación, lo que significa que entraría en vigor a partir de mayo de 2022 para todos los modelos nuevos, mientras que para los restyling sería obligatorio a partir de 2024.
Antonio Avenoso, director ejecutivo del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte, comparó este novedoso sistema con la introducción obligatoria del cinturón de seguridad y de los primeros estándares mínimos de seguridad en las pruebas de choque de la UE en 1998. El ambicioso proyecto es garantizar que en 2050 nadie fallezca en accidentes de tráfico.