Hace apenas unos meses que conocimos el Audi SQ8, pero ABT Sportsline ya ha tenido la oportunidad de meterle mano al SUV alemán a nivel estético y mecánico. Como sabrás, el SQ8 es estéticamente muy similar a sus hermanos de gama, pero añade algunos elementos ‘S’ específicos para resaltar su carácter deportivo.
En el exterior, el trabajo del especialista del mercado de accesorios del automóvil pasa por un sutil paquete de carrocería que añade algunos elementos de lo más discreto, tales como el splitter frontal, un difusor más prominente o nuevas carcasas para los espejos retrovisores. Quizás lo más llamativo podríamos decir que son las enormes llantas de 23 pulgadas.
Bajo el capó, el SUV alemán cuenta con el poderoso motor V8 de 4.0 litros del que ya te hemos hablado en varias ocasiones y que también hemos visto en modelos como el Audi SQ7, el Porsche Panamera, el Bentley Bentayga o el Volkswagen Touareg V8 TDI. La gran diferencia es que en este modelo equipa el sistema mild hybrid con batería de 48V y un compresor eléctrico que apoya a los dos turbocompresores.
Hablamos de un bloque V8 con 3.956 cm³ de desplazamiento que, con dos árboles de levas en cada culata, inyección directa por conducto común, turbo, compresor e intercooler, es capaz de desarrollar una potencia total de 435 CV (320 kW) y 900 Nm, pero ABT ha aumentado las cifras hasta unos nada despreciables 520 CV y 970 Nm de par máximo.
Con las mejoras, el 0 a 100 km/h en 4,8 segundos de la variante convencional baja hasta los 4,45 segundos. Podrá no parecerte mucho, pero es más que suficiente para acelerar con contundencia hasta los 250 km/h a los que está limitado.