Un nuevo conflicto tecnológico sacude el corazón de Europa. El Gobierno de Países Bajos ha tomado el control de Nexperia, una de las principales compañías de semiconductores de Europa, tras detectar “riesgos reales” de transferencia de tecnología crítica a China.
La medida, calificada por analistas como un “golpe de Estado corporativo”, amenaza con agravar las tensiones comerciales entre la Unión Europea, Pekín y Estados Unidos.
El golpe de Países Bajos: seguridad nacional y gestión bajo la lupa
Todo comenzó con la intervención de emergencia ordenada por La Haya. El 7 de octubre de 2025, la Cámara de Empresas de los Países Bajos (Enterprise Chamber) concluyó de forma provisional que existían “razones válidas para dudar de la buena gestión” de Nexperia bajo el liderazgo de su entonces director ejecutivo, Zhang Xuezheng.
El tribunal determinó como medida inmediata la suspensión de Zhang, quien dejó de ejercer sus funciones como CEO de la compañía.
Además, la Enterprise Chamber decidió que la mayoría de los derechos de voto sobre las acciones de Nexperia, indirectamente en manos del conglomerado chino Wingtech Technology Co. Ltd., serían transferidos a un administrador independiente, también designado por el tribunal.
El nuevo equipo directivo quedó compuesto por Stefan Tilger (CFO y CEO interino), Achim Kempe (COO), y Ruben Lichtenberg (CLO y director estatutario), junto con Guido Dierick, designado como director no ejecutivo.
Intervención del Gobierno neerlandés: proteger la producción de chips en Europa
Tras las conclusiones del tribunal, el Ministerio neerlandés de Asuntos Económicos decidió actuar, invocando la Ley de Disponibilidad de Bienes (Wbg), una norma de 1952 que permite medidas excepcionales en defensa de la seguridad nacional y la continuidad industrial.
Según el Gobierno, las deficiencias de gestión bajo Zhang comprometían “de manera inaceptable” las operaciones de Nexperia en Europa, generando preocupación por la disponibilidad de semiconductores críticos para la industria europea.
Bajo esta orden de emergencia, Nexperia no podrá trasladar activos, despedir ejecutivos ni tomar decisiones estratégicas sin autorización del Gobierno neerlandés durante un año.
El objetivo, según La Haya, es garantizar la continuidad del negocio y evitar que la producción se traslade fuera de Europa.
Impacto económico: BMW, VW y Renault alertan sobre la cadena de chips
La crisis de Nexperia empieza a afectar al sector automovilístico europeo. Fabricantes como BMW, Renault, Volkswagen y Bosch han advertido de retrasos en el suministro de microchips, fundamentales para los sistemas eléctricos y electrónicos de los vehículos modernos.
“La intervención en Nexperia ha provocado demoras en la entrega de componentes clave”, informó una fuente de BMW, cuya planta de Hamburgo depende directamente de los semiconductores producidos por la compañía.
Aunque la principal planta de Nexperia se encuentra en Alemania, una gran parte del ensamblaje y empaquetado se realiza en China, lo que ahora se ve comprometido por las restricciones cruzadas entre ambos gobiernos.
Una guerra global por el control del silicio
El caso Nexperia es el nuevo epicentro de la guerra tecnológica global entre Occidente y China.
Los semiconductores, esenciales para la inteligencia artificial, la automoción y la defensa, se han convertido en activos geoestratégicos, comparables al petróleo del siglo XXI.
Bajo la presión de Estados Unidos y las políticas proteccionistas de Donald Trump, Europa busca reforzar su soberanía tecnológica, mientras China responde restringiendo la exportación de tierras raras, minerales imprescindibles para la industria occidental.
¿Quién es Nexperia?: un gigante con raíces europeas
Fundada en los Países Bajos y con más de 12.500 empleados en Europa, Asia y Estados Unidos, Nexperia es una empresa global de semiconductores con una larga tradición europea. Produce más de 110.000 millones de componentes al año, suministrando chips esenciales para automóviles, móviles, dispositivos industriales y electrónicos de consumo.
Su reputación se basa en la eficiencia, sostenibilidad e innovación tecnológica, con certificaciones internacionales como IATF 16949, ISO 9001, ISO 14001 e ISO 45001.