Al parecer este problema se remonta a noviembre de 2016 cuando la marca encontró una anomalía en el software de la unidad de control del motor. En ese momento la marca inició una campaña en la planta para corregir la desviación del software y examinar el grado de afección y el número de vehículos potencialmente afectados.
Todo podía haber quedado aquí pero en mayo de 2018, una revisión de rutina de las acciones de la planta reveló que algunos vehículos fueron lanzados sin la actualización de software requerida.
Ahora, Mercedes-Benz está llamando a varios unidades del Mercedes-Benz G65 AMG 2017 porque cuentan con una limitación de velocidad incorrecta para las maniobras de marcha atrás.
Esto puede hacer que durante las maniobras de marcha atrás se puedan exceder los 25 km/h de limitación. Superado ese límite, si se realiza un cambio abrupto en la dirección se puede producir un fallo en la estabilidad del vehículo.
Desde la marca han comentado que los propietarios de las unidades afectadas serán notificados e invitados a pasar una revisión en el concesionario oficial para actualizar el software.