No es ningún secreto que servicios como UBER y Cabify están empezando a crecer a un ritmo imparable en las grandes ciudades españolas. Sin embargo, un servicio que comenzó siendo impecable últimamente está dejando bastante que desear por la concesión indiscriminada de licencias VTC, a lo que se suma el hecho de que éstas le quitan el trabajo a aquellos que pagan religiosamente elevadísimas licencias, impuestos, módulos de autónomos y demás.
Sí, la competencia es buena, especialmente cuando aparece una nueva oferta que obliga a mejorar a un sector que se estaba acomodando, pero el problema con los VTC que, inicialmente, sólo era un problema visible en Madrid, ya afecta a más lugares como Barcelona, Valencia o Sevilla, tal y como justifica el vicepresidente de los taxistas madrileños.
Partamos de la base de que ningún extremo es bueno: ni los taxistas pueden tener el monopolio, ni se pueden repartir licencias VTC a diestro y siniestro. Es por ello que las protestas que el 16 marzo colapsaron Madrid y Barcelona han dado pie a los taxistas para celebrar este mismo 6 de abril el primer Congreso Nacional del Taxi. ¿El resultado? El próximo día 30 de mayo tendrá lugar una gran protesta en Madrid para reivindicar el trato de favor que las instituciones dan a los servicios de alquiler de vehículos con conductor (VTC), según afirma el gremio de taxistas.
Jesús Fernández, vicepresidente Federación del Taxi de Madrid, confirmaba ayer a ABC que a la protesta se unirán taxis de toda España «organizados en columnas dependiendo de su origen«, aglutinándose así en la capital más de 60 organizaciones del sector que representan a unos 30.000 taxistas. Si nos ceñimos a la ley, por cada autorización para VTC deben concederse 30 licencias de taxi, algo que según el vicepresidente de la Federación no ocurre -«hay un VTC por cada 7 taxis«-, aunque la Comunidad de Madrid se defiende declarando que en la región se han otorgado 2.124 licencias de VTC frente a las 15.923 licencias de taxis.
Fuente: ABC