Desde hace unos días, Tesla ha comenzado a aceptar unidades del Tesla Cybertruck como parte de pago para adquirir otros modelos de la marca. Esto marca un cambio significativo en la política de la compañía respecto a su pickup eléctrica futurista. Sin embargo, lo que realmente ha sorprendido —e indignado— a muchos propietarios no es la posibilidad de entregar su vehículo, sino el valor que la propia Tesla está asignando a estas unidades: alrededor de 63.000 dólares, frente a los 99.990 dólares que costaban en su versión “Foundation Series”. Si lo traducimos a euros, hablamos de haber perdido casi 33.000 euros al cambio actual en apenas dos años.
Este fenómeno, que implica una depreciación de más del 30% en menos de dos años, ha generado una ola de críticas en foros como Cybertruck Owners Club. Los usuarios calculan pérdidas muy importante que dejan lejos las expectativas que muchos tenían sobre la revalorización del modelo, especialmente por tratarse de una edición limitada en un vehículo de diseño disruptivo.
El espejismo de la exclusividad
La historia del Cybertruck no es ni más ni menos de un estudio sociológico sobre cómo las expectativas pueden chocar con la realidad del mercado.
Presentado como una revolución en el segmento de las pickups eléctricas, con más de un millón de reservas anunciadas por el mismo Elon Musk, el Cybertruck parecía destinado a convertirse en un símbolo de estatus futurista. Sin embargo, factores como el incumplimiento del precio prometido –inferior a 40.000 dólares-, las limitaciones en la autonomía real, sus numerosos problemas de construcción y su cuestionable utilidad práctica han terminado debilitando su atractivo comercial.
La situación se ha complicado aún más tras conocer varias noticias que apuntan a una ralentización en la producción y a una redistribución del personal asignado a su ensamblaje en la Gigafactory de Texas.
Según Business Insider, Tesla ha reducido a la mitad varios equipos dedicados al Cybertruck y ha desplazado trabajadores hacia la línea del exitoso Model Y, reflejando un cambio de prioridades basado en la demanda real.
Tesla y su «juego de software»
Uno de los aspectos más criticados en torno al valor de recompra ofrecido por Tesla es la posibilidad de que la marca revenda esos mismos vehículos con un margen importante, simplemente activando funciones de software previamente no habilitadas.
La compañía tiene la capacidad técnica para instalar mejoras mediante actualizaciones OTA, lo que le permitiría, por ejemplo, coger un Cybertruck y actualizarlo con funciones de conducción autónoma y venderlo como una unidad mejor equipada —y más cara—.
¿Un problema de expectativas o de producto?
Aunque hay propietarios que declaran su intención de conservar el Cybertruck indefinidamente, la tendencia general parece señalar que la depreciación está afectando negativamente a la percepción del producto. Esto se ve reflejado en las cifras: menos de 50.000 unidades vendidas frente al millón de reservas prometido. Un desajuste notable que sugiere que muchos reservistas finalmente decidieron no completar la compra, ya sea por el precio final o por las críticas.
Además, Tesla ha lanzado recientemente una versión base con tracción trasera por un precio cercano a los 70.000 dólares -62.200 euros al cambio actual- y aunque más barato, está muy lejos de lo anunciado inicialmente.
Un futuro incierto para el Tesla Cybertruck
El caso del Tesla Cybertruck ilustra cómo incluso una marca tan poderosa como Tesla no es inmune a los vaivenes del mercado ni a la presión de las expectativas no cumplidas. Con un producto polarizante, una estrategia de precios discutible y una ejecución que ha generado más preguntas que respuestas, el Cybertruck ha pasado de ser un icono aspiracional a convertirse en un vehículo de difícil posicionamiento.
Para Tesla, el reto ahora es doble: recuperar la confianza de los early adopters mientras ajusta su estrategia comercial para colocar un producto que, pese a sus cualidades tecnológicas, ha demostrado tener un encaje complicado en el mundo real.