No ocurría desde el Gran Premio de Corea del año pasado. Ayer, en el circuito de Yas Marina vimos el primer abandono de Sebastian Vettel desde aquella carrera. Y es que el piloto alemán es protagonista siempre: cuando gana, por obligado cumplimiento pese al hastío que pueda llegar a producir; y cuando, como ayer, no termina una carrera, por lo poco que nos tiene acostumbrados a abandonar. Nos quedamos sin sus habituales grititos exultantes al finalizar los grandes premios en primera posición, y después vimos un hombre abatido, absolutamente desolado, como si hubiese perdido la oportunidad de su vida. Hasta Bernie Ecclestone se acercó a consolar al muchacho, al que, no obstante, alguien le debería recordar que compiten otros veintitrés pilotos junto a él y que no siempre se puede ganar. Especialmente significativo me resultó el abrazo entre Hamilton y Alonso en los prolegómenos del podio. Parecían congratularse tanto por sus buenos resultados como por hecho de haberse quitado de en medio, al menos por una carrera, al de siempre.
Valoraciones al margen, el abandono de Vettel fue cuestión de pura mala suerte. La goma trasera derecha se le pinchó nada más arrancar la prueba y, pese a que pudo reincorporarse a la pista, los daños en el eje de su monoplaza no permitieron montar neumáticos nuevos, viéndose forzado a bajar del coche. Hamilton, que no obstante había sido rápido todo el fin de semana, no desaprovechó la oportunidad y comenzó a tirar fuerte desde el primer giro. Tras él, Fernando Alonso, que había realizado una fabulosa salida desde la quinta plaza en parrilla, se mantuvo buena parte de la carrera a unos dos o tres segundos, mientras Button, Webber y Massa luchaban por la última posición de podio.
En realidad, la victoria de Lewis Hamilton casi nunca estuvo en peligro. Fernando Alonso fue muy rápido y constante toda la prueba, pero el inglés también era regular en sus tiempos, por lo que «simplemente» continuando con esa dinámica, le valía para garantizarse el triunfo. Sólo tras la segunda parada del de McLaren parecía que en Ferrari contemplaban la posibilidad de auparse a la primera posición. Alonso gozaba de veinte segundos de ventaja antes de su pit stop, y si Lewis tardaba en calentar sus gomas duras y aumentaba en un segundo escaso la diferencia, la hazaña era posible. Sin embargo la distancia iba cada vez a menos en lugar de a más, por lo que todas las opciones se disiparon, y se confirmó la más que meritoria segunda plaza del asturiano.
El podio lo completó finalmente Jenson Button, seguido de Mark Webber y Felipe Massa (que esta vez no se vio en pista con su colega Hamilton). Rosberg, Schumacher, Sutil, di Resta y Kobayashi completan las diez primeras posiciones, mientras que no tuvo suerte ni coche suficiente Jaime Alguersuari que acabó decimoquinto. Por su parte, el HRT de Ricciardo se quedó parado a falta de tres vueltas para la conclusión, mientras que Liuzzi fue vigésimo. A falta de una prueba para la finalización del campeonato, sigue sin decidirse la segunda plaza del mundial de pilotos, por lo que será dentro de dos semanas en Sao Paulo cuando despejemos la incógnita.