Seguramente, a día de hoy ya estés más que informado sobre los «chalecos amarillos» y sus acciones y protestas en territorio galo. Tal y como ya os contamos hace semanas, los protestantes habían destruido centenares de radares fijos repartidos por toda Francia. Casi un 75% de los controles de velocidad repartidos por las carreteras galas habían sufrido daños que los incapacitan para sus funciones de medición y fotografiado de infracciones.
Pues bien, tras esta «debacle», el gobierno francés ha anunciado la reposición de 400 radares para reemplazar los que han sido degradados o destruidos en su totalidad por los chalecos amarillos.
Los nuevos equipos de última generación reemplazarán a los antiguos cinemómetros y atento, porque de aquí a 2020 se triplicarán con vistas a reducir la velocidad media en las vías galas y por ende, intentar reducir la elevadísima siniestralidad y mortalidad registrada recientemente en el país vecino.
Esta nueva oleada de instalaciones de cinemómetros fue anunciada por France Info el pasado martes y ojo a los cinemómetros que tienen en mente, porque parece que no hay posible escapatoria.
Estas nuevas «torretas» totalmente automáticas son capaces de distinguir los vehículos pesados de los automóviles así como de escanear hasta ocho carriles simultáneamente. Se llama «Mesta Fusion 2» y son instalados en mástiles de cuatro metros de altura por lo que son más difíciles de alcanzar por los saboteadores.
Gracias a estos nuevos aparatos, el Ministerio del Interior galo, también podrá identificar si un conductor no se puso el cinturón de seguridad, circula utilizando el teléfono, hace uso del arcén, realiza maniobras indebidas, adelanta por la derecha, etc…
Más de una docena de estos cinemómetros ya está desplegada en Francia, particularmente en Estrasburgo y Marsella.