Ya sabes que la próxima generación del Holden Commodore no será más que un Opel Insignia Grand Sport con cuatro detalles estéticos específicos y algunas mecánicas V6. Esto sentó muy mal en Australia desde que se conoció la noticia y no se sabe, por ahora, cómo le saldrá el asunto a General Motors.
El cese en la producción local ha provocado que GM tenga que optar por productos importados. El Insignia Grand Sport estamos seguros que será un excelente vehículo, pero el Commodore es todo un icono en el país que siempre se ha caracterizado por la propulsión posterior y motores de hasta ocho cilindros, algo que no tendrá su sustituto.
Para despedir por todo lo alto al Commodore actual, Holden llevó a cabo cambios en la gama normal y la división deportiva de la marca, HSV, quien presentó en febrero de 2017 su más explosiva realización de los últimos años bajo la denominación GTSR. Vestidos con una estética muy particular, llamativa y cantosa, los GTSR W1 llevan instalados bajo el capó un motor de 6.2 litros con ocho cilindros y nada menos que 644 caballos de potencia y 815 Nm de par máximo.
Para lograr la máxima deportividad, HSV creó una transmisión manual específica para esta versión con seis velocidades y desarrollos muy cortos.
Como podéis ver, son modelos brutales en todas las carrocerías en las que están disponibles, pero hoy os traemos la triste noticia de que el último ejemplar de producción ha salido de la factoría de la marca. Vestido con el color exterior Light My Fire y numerosos componentes de fibra de carbono, este Commodore sedán pone fin así a una gran gama de productos. Por ahora, HSV tiene la intención de mantener el GTSR W1 y, algo más adelante, vendrán los Chevrolet Colorado SportsCat, Camaro y Silverado HD.