Creíamos que lo habíamos visto todo después de conocer algunas de las excentricidades de Donald Trump, o incluso el líder norcoreano Kim Jong-un pero ahora el presidente de Turkmenistán, Kurbanguly Berdymujamedov ha superado a todos. Según una de las publicaciones locales del país –Chronicles of Turkmenistan– múltiples ciudadanos de Ashgabat denunciaron la desaparición de sus vehículos, pero la sorpresa fue mayor cuando se dieron cuenta de que habían sido retirados por la policía a un depósito. La respuesta de las autoridades cuando sus propietarios fueron a recogerlos es que debían pintarlos de colores claros, de blanco o plateado.
La noticia parece totalmente veraz, más aún teniendo en cuenta que ya en el 2015 se prohibieron las importaciones de cualquier vehículo de color negro. Además, en enero de ese mismo año hubo hasta tres casos en los que se detuvo en la frontera a vehículos del mismo color que permanecieron retenidos varias semanas. Los trabajadores de las aduanas dijeron a sus propietarios: “Compren coches blancos, el color blanco da suerte”. Y es que el presidente de Turkmenistán es especialmente supersticioso, y el blanco es su color favorito.
Ahora los ciudadanos que conduzcan un coche de color negro deberán desembolsar cantidades importantes de dinero que van desde los 2.000 euros, que es lo que cuesta pintar un coche negro de blanco. Además el precio está subiendo dada la demanda, y podrá costar hasta 11.000 euros pintar nuestro coche de nuevo. Todo esto parece indicar que se trata de una medida más con afán recaudatorio en tiempos de crisis, y es que muchos ciudadanos deberán hipotecarse para pagar la nueva pintura de su vehículo. En este país la cifra del desempleo asciende hasta el 60% y las excentricidades del jefe Berdymujamedov están al orden del día.
Fuente: Motor1