Hace años el presidente de la primera potencia a nivel mundial dijo una frase que se nos quedó a todos grabada en la cabeza, algo similar a “demasiado grandes para que se les deje quebrar” (refiriéndose a los fabricantes de automóviles que fueron rescatados para evitar pérdidas masivas de empleo).
Poco después de esta grandiosa frase que pasará a la historia, la epidemia cruzó el charco y el segundo mayor fabricante de automóviles de Europa empezó a tambalearse. Gracias a los recortes y al acuerdo con GM la marca capeó en cierto modo el temporal. El acuerdo con GM se basaba en que ambos grupos intercambien la compra de piezas, las plantas de fabricación y algunas tecnologías.
Todo parecía haberse resuelto pero hace unos días los problemas volvieron a las portadas cuando os comentamos que el fabricante chino Dongfeng Motor podría estar muy interesado en adquirir una participación del 30% en PSA Peugeot-Citroën
Esta adquisición supondría un desembolso por parte de Dongfeng de miles de millones de dólares, sin embargo podría haber otra solución.
PSA Peugeot Citroën ha comentado que su alianza con GM podría fortalecerse debido a una disminución de ingresos trimestrales importante y este nuevo enfoque con GM podría evitar que la cosa vaya a peor.
Mientas que la compra de acciones por parte de Dongfeng podría dar aire a PSA por valor de casi 3.000 millones de euros y ayudaría al grupo a expandirse en China, la alianza con GM continuaría reduciendo costes en todos los sentidos y haría que PSA continuase siendo “autónoma”.
¿Y si optan por ambas a la vez? En caso de producirse la compra por parte de Dongfeng, General Motors se retiraría del acuerdo y vendería el 7% de su propiedad que adquirió por un valor de 1.000 millones de euros.
Peugeot y Dongfeng actualmente operan de forma conjunta en tres fábricas con una capacidad de producción anual que llegará a las 750.000 unidades en 2015.
¿En qué quedará la cosa?, ¿China o EE.UU.?