La reciente firma de un nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y Japón ha provocado un terremoto político y económico en la industria automovilística norteamericana de Detroit por los aranceles.
Mientras los fabricantes japoneses celebran la reducción de aranceles del 25% al 15% para sus exportaciones hacia EE.UU., los gigantes de Detroit –General Motors, Ford y Stellantis– han estallado con duras críticas contra una medida que consideran profundamente desequilibrada y dañina para la industria norteamericana.
Una “victoria histórica” para Japón, una pesadilla para Detroit
El presidente Donald Trump calificó el acuerdo como “una victoria histórica para los fabricantes estadounidenses”, al asegurar que la eliminación de barreras comerciales permitirá aumentar las exportaciones de vehículos fabricados en EE.UU. hacia Japón.
A pesar de esto y según los datos de aduanas publicados por la CNBC, más del 28% de las exportaciones japonesas a EE.UU. en 2024 fueron automóviles, mientras que el volumen en sentido inverso es significativamente menor.
Aranceles desiguales: el nuevo desequilibrio comercial
El principal motivo de enfado en Detroit es la disparidad tarifaria generada por el nuevo pacto. Mientras que los vehículos importados desde Japón pagarán un 15% de arancel, los fabricados en Canadá y México –donde las marcas estadounidenses tienen grandes plantas de producción– se enfrentarán a aranceles del 35% y del 30% respectivamente, a partir del 1 de agosto.
Impacto económico inmediato y futuras pérdidas
General Motors informó que los aranceles ya le costaron casi 1000 millones de euros en el segundo trimestre de este mismo año y estiman pérdidas de más de 4500 millones de euros en todo el ejercicio.
Como no podía ser de otra forma, las acciones de fabricantes japoneses como Toyota y Mazda se dispararon en bolsa con subidas del 15% y 17% respectivamente.
Preocupación internacional y falta de acuerdos con Europa
Este acuerdo también deja en desventaja a otros socios comerciales de EE.UU. El Reino Unido, por ejemplo, recientemente negoció un arancel del 10% para sus exportaciones, mientras que la Unión Europea no ha logrado cerrar un trato favorable. Trump ya ha amenazado con imponer un arancel del 30% a los productos que se exporten desde el Viejo Continente.