Los muchos cambios efectuados en los últimos meses en la división australiana de General Motors, Holden, no están gustando en absoluto a los usuarios. Más allá de no producir vehículos localmente, los australianos perciben en los últimos lanzamientos automóviles «parcheados» para adaptarse a sus necesidades.
El lanzamiento del último Commodore es un claro ejemplo de lo que está sucediendo. El derivado del Opel Insignia Grand Sport ha tenido que paralizar su producción europea al acumular en solo unos meses demasiadas unidades en stock hasta el punto de tener en las campas muchas de ellas producidas en 2017.
Desde la presentación oficial los australianos han criticado que General Motors haya usado la mítica denominación Commodore para un vehículo que no comparte la esencia en ningún aspecto. De entrada es tracción delantera, no hay motorizaciones de ocho cilindros y tampoco cuenta con tapa de maletero independiente sino que usa un práctico portón.
A los australianos les había encantado tener un Holden Insignia como ya ocurriera en el pasado, un producto que habría sido visto como una alternativa más realista sin «manchar» el nombre de la berlina rápida, muy querida por muchos especialmente en las variantes HSV.
El Equinox tampoco es que haya logrado cumplir con las exigencias del público. Lanzado hace poco menos de un año, la planta de México ha tenido que dejar de producir las unidades con el logotipo de Holden para no seguir acumulando en las campas más unidades que tienen difícil salida.
Sucesor natural del Captiva en sus dos versiones (5 y 7, derivados de los Antara y Captiva respectivamente), el Equinox no gusta por percepción de calidad, diseño, soluciones técnicas ni precio, resultando caro para lo que ofrece. A modo de curiosidad podemos decir que se han vendido hasta septiembre 3.621 unidades del Equinox frente a las más de 20 mil del Mazda CX-5 o las casi 17 mil del Toyota RAV4. El Holden queda muy cerca curiosamente del Renault Koleos, un modelo de producción surcoreana que proviene de una firma bastante minoritaria en Australia.
No sabemos que ocurrirá en el futuro con Holden pero las previsiones no son demasiado buenas. Con el Commodore logrando registros mínimos, los Equinox y Acadia sin cumplir previsiones y la importante caída del Astra (solo consigue sobrevivir con el sedán que es un Cruze con otro nombre), General Motors podría estar «cargándose» la filial poco a poco, por más que aseguren que quieren mantenerla.