Jaguar Land Rover ha confirmado que durante el ciberataque que sufrió hace ya 10 días se han filtrado datos internos.
La empresa lleva más de una semana sin producir vehículos, lo que está generando pérdidas millonarias y un impacto global en su cadena de suministro.
Producción detenida y sistemas fuera de servicio en Jaguar y Land Rover
Desde que se detectó el ataque, JLR ha detenido su producción en las plantas del Reino Unido, Eslovaquia e India, además de suspender procesos clave como ventas, entregas de vehículos y pedidos de repuestos. Aunque su sitio web sigue activo, el configurador de vehículos no permite hacer pedidos personalizados, redirigiendo a los clientes a comprar unidades de stock.
Con las operaciones paralizadas, la mayoría de empleados de las plantas de West Midlands y Merseyside han sido enviados a casa, con salario y una bolsa de horas para recuperar la producción más adelante.
Datos de clientes en riesgo
Durante la investigación interna, JLR confirmó que “algunos datos” fueron comprometidos, aunque aún no se ha revelado el alcance exacto. La compañía notificará a las personas afectadas y ya ha informado a los reguladores.
“Lamentamos profundamente los inconvenientes causados. Nuestra investigación forense continúa y contactaremos a los afectados en caso de que su información haya sido comprometida”, declaró un portavoz de JLR.
Los hackers detrás del ataque
El grupo Scattered Spider se atribuyó el ataque junto con Shiny Hunters. Los hackers habrían explotado una vulnerabilidad en SAP NetWeaver, un software empresarial usado por JLR.