En el mundo de las subastas y el coleccionismo de motor podemos encontrar todo tipo de vehículos para todos los públicos y bolsillos, mientras que en los últimos años la burbuja de los clásicos no para de crecer y crecer dejándonos cifras astronómicas. Si a esto le sumamos que, además de ser todo un clásico, sea un coche de carreras legendario las cosas se ponen mucho más serias, es el ejemplo de este Alpine A220 que forma parte de la historia de las 24 Horas de Le Mans.
Solo se fabricaron cinco unidades en el mundo para competir en las 24 Horas de Le Mans entre 1968 y 1969, equipando un motor V8 central de 3 litros que producía 290 caballos de potencia y tracción trasera. Dicho mecánica estaba acoplada a una caja manual de cinco velocidades, y aunque no obtuvieron grandes éxitos en esta prueba son hoy en día auténticas joyas del automovilismo.
El Alpine A220 fue el sucesor natural de A210, otro de los coches de carreras de la compañía que compitieron entre 1966 y 1969. Este ejemplar en particular ha sido sometido a una completa restauración que ha llevado hasta dos décadas, desde 1984 hasta 2004, cuando pertenecía nada menos que Jean Pierre Buirette, el ex-diseñador del chasis del Alpine. Según afirma ahora su vendedor, William I’Anson Ltd, se trata del único ejemplar que está homologado para ser conducido por carretera, perfecto para lucirlo un domingo soleado ante las miradas atónitas de tus vecinos.
Además, este Alpine A220 incluye una caja de cambios de repuesto o los paneles de carrocería necesarios para convertirlo en un auténtico ‘longtail‘. Por otro lado, no se menciona en ningún momento su precio, pero dada su rareza y gran historia a sus espaldas no se espera que sea precisamente barato…