Seguramente muchos de vosotros comprarais o conocéis a alguien que compró un Volkswagen Golf de segunda o tercera generación para romper mano, sin embargo, alguna vez te has parado a pensar ¿Cómo de seguros son esos coches en caso de accidente?
Los crash tests nos muestran cómo ha evolucionado la seguridad en los coches y también nos muestran cómo varios modelos de distintas marcas se enfrentan a la misma prueba estandarizada y responden con mayor o menor fortuna.
El Informe de Seguridad Vial DEKRA 2025 ha revelado detalles bastante contundentes sobre el impacto del desarrollo tecnológico en la seguridad de los vehículos durante las últimas décadas. Según Markus Egelhaaf, experto en investigación de accidentes de DEKRA, “la innovación continua y la implementación de sistemas de seguridad han reducido significativamente los riesgos en el tráfico”.
Los resultados de pruebas de choque y ensayos de conducción demuestran que los sistemas de seguridad pasiva y activa han avanzado de forma extraordinaria, marcando una clara diferencia entre vehículos modernos y generaciones anteriores.
Crash tests: del Volkswagen Golf II al Golf VIII
Un ejemplo revelador fue la comparación entre un Volkswagen Golf II (1983-1992) y un Volkswagen Golf VIII (desde 2019) en un crash test frontal con solapamiento parcial a 64 km/h.
- Golf II: colapso del habitáculo, fuerte penetración de componentes y bajas probabilidades de supervivencia.
- Golf VIII: compartimento intacto, ocupantes protegidos por airbags frontales y laterales, cinturones con pretensores y limitadores de carga.
La diferencia demuestra el salto en seguridad pasiva, clave para la protección de los pasajeros en accidentes graves.
Pruebas: frenos, estabilidad y maniobras evasivas
En el DEKRA Technology Center en Lausitzring, los ingenieros compararon un Golf II de 1989 con un Golf VIII de 2024 en pruebas de frenado, estabilidad y maniobras de emergencia.
- Distancia de frenado: el Golf VIII logró detenerse hasta un 30% antes que el Golf II en distintas superficies y condiciones.
- Estabilidad en curvas y maniobras evasivas: el Golf VIII alcanzó los 75 km/h en el test de doble cambio de carril, frente a los 65 km/h del Golf II, gracias a mejoras en chasis, neumáticos y al ESP (control electrónico de estabilidad).
Egelhaaf advierte que, aunque la tecnología moderna aumenta la seguridad, existen límites más allá de los cuales un derrape es inevitable.
Evolución en otras áreas como la iluminación: de halógenos a LED
La comparación también se extendió al sistema de iluminación:
- El Golf II, con faros halógenos, representaba un avance en su época, pero con alcance limitado.
- El Golf VIII equipa faros LED de serie, que ofrecen una iluminación más uniforme, intensa y cercana a la luz natural, mejorando la visibilidad de peatones y ciclistas y reduciendo la fatiga visual nocturna.
Además, los faros traseros LED y la incorporación del tercer piloto de freno, obligatorio hoy en día, aumentan notablemente la visibilidad del vehículo desde atrás.