Párate a pensar un momento lo que puede significar para una empresa como Jaguar Land Rover, cerrar por completo durante un mes entero, no producir nada y vender casi nada, pues eso es lo que ha pasado.
La marca británica se prepara para reiniciar la producción de vehículos en los próximos días, tras más de un mes paralizada por un ciberataque que afectó a todas sus plantas a nivel mundial. La compañía británica, propiedad de Tata Motors, confirmó que el regreso será “controlado y gradual”, priorizando la seguridad informática y la estabilidad de su cadena de suministro.
Un mes sin fabricar: impacto millonario en Jaguar Land Rover
Desde el 1 de septiembre, JLR no ha producido un solo vehículo. El ataque obligó a la empresa a apagar sus sistemas internos para proteger la información sensible, lo que paralizó la fabricación, los envío y recepción de pedidos y piezas y las operaciones de los concesionarios.
Una consultoría en economía empresarial estima que la compañía ha perdido algo más de 5 millones de euros diarios. En el mismo trimestre del año pasado, JLR produjo más de 80.000 unidades, por lo que el golpe en volúmenes de ventas será más que notable cuando se publiquen sus resultados financieros.
El Land Rover Defender, clave en la recuperación
Aunque la empresa no ha detallado qué fábricas se pondrán en marcha primero, se espera que la producción del Land Rover Defender sea prioritaria, dado su peso en las ventas globales.
Apoyo del Gobierno
El Gobierno del Reino Unido respaldará a JLR con una garantía de préstamo de £1.500 millones, con el objetivo de sostener a los más de 700 proveedores británicos afectados por el parón. El préstamo, emitido por un banco comercial y respaldado por el esquema de Export Development Guarantee (EDG), permitirá a la compañía pagar a proveedores y proteger más de 150.000 empleos vinculados a la automoción.
El secretario de Negocios, Peter Kyle, aseguró que esta medida “apoyará la cadena de suministro y protegerá empleos cualificados en West Midlands, Merseyside y el resto del país”.
Riesgo para trabajadores y proveedores
El parón no solo ha golpeado a la propia JLR, sino también a cientos de proveedores que dependen de su producción.
Aunque JLR planea retomar la producción a partir del 1 de octubre, los expertos advierten de que la recuperación total podría tardar meses en estabilizarse. El restablecimiento de todos los sistemas informáticos, la cadena logística y la confianza de los proveedores serán claves para que el fabricante británico recupere su ritmo de producción normal.
El regreso del Land Rover Defender a las líneas de ensamblaje marcará un hito en la recuperación de JLR, pero la empresa aún se enfrenta a una dura batalla tras el que se perfila como uno de los ciberataques más costosos en la historia de la industria automovilística.