El próximo 30 de septiembre, Estados Unidos pondrá fin a las exenciones fiscales para la compra y alquiler de vehículo eléctrico. Esta es una de las medidas incluidas en la amplia ley aprobada recientemente bajo el gobierno de Donald Trump, y que marcará un punto de inflexión en la industria automovilística estadounidense.
¿Qué cambio se verá en la política de vehículo eléctrico de EEUU?
Aunque en los primeros compases de su legislatura se especuló con una mayor apertura de Trump hacia los coches eléctricos —debido a su relación con Elon Musk, CEO de Tesla—, la ruptura con el empresario y la aprobación de su ambiciosa reforma fiscal han supuesto un giro de 180 grados en esta estrategia.
Con la nueva ley, desaparecen los créditos fiscales de hasta 7.500 dólares (unos 6.394 euros al cambio actual) para la compra o alquiler de vehículos eléctricos nuevos, así como los 4.000 dólares (unos 3.410 euros al cambio actual) destinados a modelos usados. Estos incentivos fueron clave para impulsar la adopción de los coches eléctricos durante los últimos 10 años.
Un impulso de ventas a corto plazo, pero problemas a la vista
El anuncio de la eliminación de los incentivos ha generado una reacción inmediata en el mercado. Expertos anticipan un repunte en las ventas de coches eléctricos durante Julio, Agosto y casi todo Septiembre.
En palabras de algunos analistas, la supresión de los incentivos desacelerará la penetración de los coches eléctricos en los Estados Unidos.
Para hacernos una idea, un estudio de la Universidad de Harvard advierte que el fin de los incentivos podría reducir la penetración del coche eléctrico en un 6% para 2030, lo que implicaría un importante retroceso en los objetivos de esta tecnología a largo plazo.
A pesar del retraso en la implementación del coche eléctrico, el mismo estudio establece que la administración podría ahorrarse más de 140.000 millones de euros durante los próximos 10 años.
¿Quién se beneficia con este cambio?
Aunque el consumidor será el principal afectado, los fabricantes de automóviles tradicionales podrían ver con buenos ojos la nueva normativa. La legislación también elimina las sanciones por incumplimiento de emisiones o consumos, lo que podría incentivar la producción de coches de combustión interna frente a los eléctricos.
En este último azote legislativo, el Congreso también retiró del texto en el que se recogían otras medidas propuestas como una tarifa anual de 250 dólares para que los vehículos eléctricos contribuyeran al mantenimiento de las carreteras, y la obligación al Servicio Postal de usar vehículos eléctricos en su flota de reparto.
El futuro del vehículo eléctrico en EEUU está en apuros
La retirada de estos apoyos y los problemas a la llegada del coche eléctrico chino podrían dejar rezagados a los Estados Unidos en la transición al coche 100% eléctrico.
¿Cuál será el resultado final?, ¿será este otro de los órdagos de Donald Trump?