Dicen que cuando las barbas de tu vecino veas pelar (por China), pon las tuyas a remojar y esto es lo que vamos a empezar a ver en Europa en los próximos meses y años. La industria automovilística alemana se enfrenta a una de sus mayores crisis estructurales en décadas.
El número de quiebras de proveedores en Alemania se dispara en 2025, impulsado por un mercado débil, el encarecimiento de la energía y la feroz competencia de los fabricantes chinos.
Según el consultor Falkensteg, las insolvencias de proveedores con ingresos superiores a los 20 millones de euros aumentarán un 30 % este año frente a 2024. Entre enero y agosto se registraron 36 bancarrotas, frente a las 33 que se registraron en el mismo periodo del año pasado. Solo en el segundo trimestre, las industrias auxiliares o de suministro automovilístico y de ingeniería eléctrica lideraron en estos listados.
Crisis en el corazón de la automoción alemana
Empresas emblemáticas como ZF Friedrichshafen, Bosch, Continental y Schaeffler han anunciado recortes de empleo para enfrentarse a la caída de la demanda de componentes de modelos de combustión interna y la lenta rentabilidad de las inversiones en electromovilidad.
- ZF Friedrichshafen recortará 7.500 empleos en su unidad de transmisiones electrificadas, equivalente al 25 % de su plantilla en este sector.
- Bosch reducirá 13.000 puestos de trabajo, aproximadamente un 3 % de su fuerza laboral global.
- Continental eliminará 3.000 empleos en I+D auto y planea reestructurar su negocio.
- Schaeffler recortará otro 3 % de su plantilla, con mayor impacto en Alemania.
En conjunto, se estima que la industria alemana perderá cerca de 100.000 empleos hasta 2030, según los análisis proyectados de Bloomberg y esto en un marco en el que no tengamos muchas más sorpresas.
Competencia china: innovación y velocidad
Aunque el mercado de vehículos eléctricos crece, la mayor parte de ese crecimiento está por el momento, limitado a China. Allí, los proveedores locales marcan el paso con ciclos de innovación más rápidos y costes significativamente más bajos.
La dificultad para acceder a las economías de escala del mercado chino, unido a los altos costes laborales y energéticos en Alemania, coloca a los proveedores europeos en una más que clara desventaja.
Los proveedores de motores de combustión, en peligro
El informe de Falkensteg advierte de que las empresas ligadas a componentes de combustión interna tienen “pocas posibilidades de supervivencia”.
Costes y falta de innovación, un obstáculo estructural
Los expertos advierten que los recortes masivos no son una solución sostenible. “Cuando las empresas se centran en el ahorro extremo, limitan su capacidad de innovar”.
La clave, según los analistas, pasa por invertir en innovación, especialmente en software y electrificación, además de cambios culturales y organizativos profundos. Sin embargo, los altos costes estructurales en Alemania –salarios y energía– continúan siendo un gran desafío frente a la competencia china.