Diseño/Estética
Calidad de acabado
Equipamiento de serie
Equipamiento opcional
Habitabilidad
Maletero
Motor/Refinamiento
Prestaciones
Consumos
Transmisión
Dirección
Frenos y neumáticos
Comportamiento
Calidad de rodadura
Relación valor-precio
7.9
Notable +
La nueva generación del Kia Sportage es muy superior a su predecesor en todos los aspectos, algo lógico si tenemos en cuenta que tiene que plantar cara en el mercado a los recién renovados Hyundai Tucson y Nissan Qashqai, dos SUV que han llegado pisando muy fuerte y se mantienen líderes del mercado. Por ello, ahora estamos ante un Sportage más atractivo visualmente, con una calidad y un confort superiores y una oferta mecánica bastante variada y eficiente que se adapta a todos los gustos.
El Kia Sportage de cuarta generación es uno de los lanzamientos más esperados del año. Y no solo por tratarse de un vehículo encasillado dentro del segmento SUV, uno de los más cotizados en Europa, sino también por tratarse de uno de los modelos más exitosos dentro de la gama Kia.
El Sportage es, desde hace tiempo, uno de los modelos más importantes para la firma surcoreana en todo el mundo y por tanto casi podríamos decir que es su “niño mimado”. Gran parte de las ventas de la marca en Europa provienen de este todocamino compacto del que se vendieron más de 105.000 unidades en 2015, lo que constituye un 27,5% de las ventas de Kia en este mercado.
Justo cuando la anterior generación estaba triunfando en el mercado, llegó su sustituto, un Sportage más eficiente, más amplio, más aerodinámico, más capaz en todos los terrenos y, sobretodo, más divertido y placentero de conducir. A la amplia lista de virtudes del nuevo SUV hemos de sumar importantes novedades estéticas en el interior y el exterior, un considerable aumento de calidad en el habitáculo y mucha, mucha más tecnología en materia de seguridad, confort y conectividad por un precio contenido.
Aunque el pasado mes de enero tuve la oportunidad de ponerme al volante de prácticamente la totalidad de la gama, especialmente de la versión diésel de 136 CV, esta vez he elegido la motorización de acceso, el Kia Sportage 1.7 CRDI con 115 CV, transmisión manual de seis velocidades, 4×2 y acabado Drive, el intermedio de la gama.
Dada su especialidad en nuestro mercado y la fuerte competencia a la que se enfrenta, he querido ser un poco más exigente con el nuevo Sportage probándolo sobre diferentes terrenos, haciendo un viaje de 1.500 kilómetros con él y prestando especial atención a sus detalles. Al fin y al cabo, para ser una estrella hay que saber brillar con luz propia. ¿Me acompañas a descubrirlo?
Diseño exterior
La nueva estética del Kia Sportage ha logrado tantos adeptos como críticas desde que se diera a conocer oficialmente en el Salón de Frankfurt, esencialmente por su frontal, que hereda ahora el nuevo lenguaje de diseño de la marca. He de reconocer que, en su día, al ver las primeras imágenes del modelo, no fui de los que adularon su peculiar morro, pero tras verlo en persona os puedo asegurar que es mucho mejor de lo que parece, con una simpática imagen que no disgusta en absoluto.
Lo primero que te llamará la atención en una vista preliminar exterior serán sus nuevas dimensiones, lo que repercute directamente en un interior más amplio y confortable como veremos más adelante. Así, el nuevo Sportage mantiene su conocida vista lateral aumentando en 30 mm su batalla (hasta un total de 2.670 mm); 40 mm su longitud (hasta los 4.480 mm) y dejando intacta su anchura de 1.855 mm.
Situándonos frente a la parte más polémica de todas, el frontal, la protagonista indiscutible es la característica calandra ‘tiger-nose‘ del fabricante, la cual ya no se ve escoltada por las ópticas delanteras. La iluminación más extendida en los acabados es la de xenón (con su correspondiente lavafaros), que en el caso del acabado superior es bi-xenón y adaptativa. En nuestro caso nos conformamos con las ópticas de iluminación fija automática en giro. Éstas se sitúan ahora en una posición más elevada y se extienden hacia atrás para llegar a los bordes exteriores de un capó más definido por dos nervios bien marcados. La parrilla, por su parte, es ahora más baja y más ancha, dimensionada para lograr una mayor refrigeración del motor y aportar más volumen a la mitad inferior del frontal del Sportage.
Aquellos que busquen un aspecto más deportivo e imponente podrán optar por la versión GT Line (una novedad dentro de la gama Sportage) que incorpora un protector de los bajos con efecto aluminio y las llamativas luces antiniebla con tecnología LED y diseño de tipo ‘cubito de hielo’, aunque esta no está disponible para la mecánica de 115 caballos. Por el contrario, en las versiones “estándar” como la de las imágenes, el protector se mantiene de color negro y las luces antiniebla conservan el clásico diseño redondeado.
Continuando por la vista lateral, indudablemente llamarán tu atención los detalles cromados que la marca ha querido incorporar en el Sportage, como es el caso del marco de las ventanillas. Los ingenieros del fabricante coreano han trabajado muy duro para que la estética robusta y musculosa de este SUV también exude altas dosis de agilidad y deportividad, y para lograrlo, la silueta del Sportage desciende suavemente hacia la parte trasera, contando con líneas más afiladas, unas superficies más lisas marcadas por los nervios superior e inferior y un spoiler trasero más largo y aerodinámico que crea la imagen de un perfil barrido hacia atrás.
Como complemento a esta dinámica imagen nos encontramos con unos pasos de rueda más prominentes que en su predecesor bajo los que se esconden unas llantas de 17 pulgadas calzadas con neumáticos Hankook Ventus Prime 2 en medidas 225/60. Por su color plata, estas resaltan con el color exterior Dark Gun Metal. En total, hay nueve colores disponibles para el exterior.
En la zaga el aspecto musculoso se mantiene, presentando formas más horizontales y líneas claramente definidas junto a un portón liso que enfatiza la anchura del coche y da a este SUV compacto una apariencia de mayor estabilidad. Quizá la trasera del modelo sea uno de sus puntos fuertes, especialmente gracias a los estilizados pilotos con tecnología parcial LED unidos por una tira que recorre todo el ancho de la parte trasera, al tiempo que los intermitentes y las luces de marcha atrás han preferido mantenerlas separadas y en una posición baja para añadir mayor peso visual al conjunto.
Sobre la luneta trasera encontramos una antena con diseño de aleta de tiburón, lo cual me parece realmente acertado; mientras que en el extremo inferior del paragolpes encontramos un discreto difusor que acoge la salida de escape. Por su parte, la zona central de la zaga contaba en nuestra unidad de pruebas con el logo de la marca en posición privilegiada y la cámara de marcha atrás entre éste y la matrícula.
Diseño interior
El habitáculo del nuevo Kia Sportage es, sin duda, una de sus mejores bazas. El aumento en las cotas del modelo se traduce directamente en un mayor espacio para los pasajeros y un aumento de la capacidad de carga, que se sitúa en los 503 litros de maletero equipando el kit anti pinchazos (491 litros con la rueda de repuesto temporal) y los 1.492 litros con la segunda fila de asientos abatida (1.480 con la rueda). ¡Hasta el depósito de gasolina aumenta hasta los 62 litros!
El diseño del salpicadero está claramente orientado hacia el conductor, buscando que éste tenga que desviar lo mínimo posible su atención de la carretera (basta con echar un vistazo rápido a la foto del interior para percatarse de ello). En él encontramos un marcado carácter dinámico inspirado en el del Sorento para seguir atrayendo la atención de los consumidores, aumentando a su vez la sensación de calidad, refinamiento y empaque. No hay un solo elemento al que no se haya prestado atención y que podamos calificar de “malo”.
Así, su diseño simple se combina con diversos elementos metálicos combinados con materiales de tacto suave, calidad y líneas horizontales claramente definidas que albergan toda la botonería dividida en dos zonas diferenciadas: la de monitorización y la de control.
La primera de ellas está centrada exclusivamente en proporcionar la información a los ocupantes de la forma más clara posible, a través de la instrumentación para el conductor y el interfaz HMI con una pantalla opcional de 7 u 8 pulgadas (en función del acabado elegido, en este caso de 8 pulgadas) en el centro del salpicadero, cuyo manejo resulta fácil, rápido e intuitivo. Bajo una clara línea que recorre a lo ancho el salpicadero está la zona de control, con una consola central que se extiende hacia abajo y está orientada en 7,2 grados hacia el conductor.
Uno de los elementos que más han llamado mi atención son los controles situados en la puerta, es decir, los de manejo de los espejos retrovisores y los elevalunas eléctricos. Normalmente es un detalle al que pocas marcas prestan atención, encontrándonos con botones bastante desagradables a la vista y al tacto en modelos que podrían considerarse incluso premium. En Kia, sin embargo, se han preocupado de este detalle, con una botonería tan agradable al tacto como a la vista. Además, en los acabados tope de gama se incluye la calefacción para las plazas traseras.
Según el nivel de acabado elegido, la consola entre los asientos podrá cambiar el diseño. Los más sencillos tienen un freno de mano tradicional como el de esta unidad de pruebas, mientras que los altos de gama llevan el sistema electrónico con el que se gana en estética al dejar una superficie más limpia. Lo mismo ocurre con otros detalles del interior como el volante, que en este caso es completamente redondo, pero en el acabado GT está achatado por debajo.
En materia de confort y versatilidad, el Sportage también se lo pone difícil a sus rivales, con asientos de nueva factura que disminuyen el nivel de vibración al tiempo que gozan de una estructura más rígida y un nuevo diseño de los muelles y los paneles de espuma, logrando una mayor comodidad a la hora de hacer viajes largos o querer disfrutar de una conducción más ágil por carreteras reviradas.
Atrás, el suelo interior está 40 mm más bajo y el respaldo trasero se puede inclinar en 7 pasos, desde 23 hasta 37 grados, favoreciendo así a la postura de las piernas y la espalda; mientras que la forma en la que se puede abatir el respaldo resulta también más cómoda ahora. Respecto al acceso a las plazas traseras, este es tan sencillo como el de un monovolumen y, aunque las plazas son perfectas para dos adultos, en caso de viajar tres personas el espacio sí que resulta algo justo.
Por último y, en materia de equipamiento, hay que reconocer que el Sportage va bien servido, especialmente en uno de los aspectos que a mi parecer es esencial, el de la seguridad. No faltan la asistencia de frenada de emergencia, el sistema de gestión de estabilidad, el asistente de carril, ángulo muerto o tráfico trasero y el reconocimiento de señales, entre otros.
Los amantes de la música pueden encargar un potente equipo JBL® con pantalla táctil de 8 pulgadas, que incluye ocho altavoces, un amplificador externo y el sistema de restauración de música Clari-FiTM para una calidad de sonido incomparable.
En materia de conectividad tampoco podremos tener queja, equipando el último sistema de audio, vídeo y navegación de Kia que incluye incluso carga inalámbrica del Smartphone, actualizaciones de tráfico en tiempo real, localización y avisos de controles de velocidad, búsquedas locales y previsiones meteorológicas de forma opcional. Eso sí, echamos en falta que las indicaciones de la navegación sean más claras y precisas, porque fácilmente pueden llevarte a error en algunos casos y distraen al conductor en exceso si este se siente perdido.
Motorización
En gasolina la oferta arranca con el 1.6 GDI de 135 CV que puede pedirse únicamente con tracción delantera y cambio manual de seis velocidades. Como principal novedad está el 1.6 GDI-T con 177 CV que va asociado a la caja secuencial de doble embrague DCT con siete velocidades o bien con una manual. En diésel la familia arranca con el 1.7 CRDI de 115 CVcon cambio manual de seis velocidades y tracción sencilla. En un escalón intermedio está el 2.0 CRDI con 136 CV que puede pedirse con tracción sencilla o total y únicamente con caja manual; y como tope de gama está el 2.0 CRDI con 184 CV.
Para nuestra prueba a fondo del Sportage nos hemos decantado por una de las mecánicas que está destinada a ser la top ventas en nuestro país, el bloque 1.7 CRDI de 115 CV con cambio manual de seis velocidades. Aunque es el motor más sencillo de la gama, su respuesta es aceptable gracias a los 280 Nm de par motor disponibles desde las 1.250 rpm y, a pesar de que no ofrece unas prestaciones extraordinarias, acelera de forma progresiva hasta los 100 km/h en 11,5 segundos y mueve con soltura los 1.500 kilos que ronda el modelo incluso cuando circulamos por autopista cargados en sexta velocidad.
Para aquellos clientes que busquen una conducción tranquila dando prioridad a los consumos es una opción muy recomendable, ya que como digo este propulsor se muestra solvente en autopista incluso con varios pasajeros y sus respectivos equipajes, logrando además unos consumos muy contenidos. Durante nuestra prueba, el consumo real combinado fue de 6,8 litros, todo ello teniendo en cuenta que circulamos por ciudad, carreteras de montaña y autopista (en este último caso con el coche completamente cargado y dos personas a bordo).
Sin equipaje y con sólo dos personas a bordo, el consumo en carretera baja hasta los 5,7 litros (frente a los 6,4 litros completamente cargado), resultando un poco más elevado en ciudad pero sin llegar a ser excesivo (en torno a los 6,6 litros). Esto se consigue, en parte, gracias al sistema start-stop, siendo el único diésel de la gama que lo incorpora. Además, cuenta con la ventaja de ser el único modelo de la gama que no paga impuesto de matriculación, lo que supone un plus de descuento en el precio.
A medio régimen es un motor voluntarioso con recuperaciones que podríamos caracterizar como más que aceptables, eso sí, has de ser consciente de la mecánica que tienes entre manos y no exigirle más de lo necesario, ya que en pendientes pronunciadas como pueda ser la subida de un puerto de montaña no sentirás llevar un vehículo precisamente enérgico. En resumen, es una mecánica principalmente enfocada a aquellos que van a hacer muchos kilómetros como para elegir un gasolina y no dan prioridad a las prestaciones, pero sí a los consumos y al precio.
Ficha técnica
Version | 1.7 CRDi VGT |
---|---|
Cilindrada | 1.685 cm3 |
Potencia | 115 CV a 4.000 rpm |
Par | 280 Nm entre las 1.250 ~ 2.750 rpm |
Peso | 1.425 ~ 1.564 kg. |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.480 mm / 1.855 mm / 1.645 mm (con barras de techo) |
Volumen Maletero | 503 litros (hasta 1.492 litros) |
Aceleración 0 a 100 km/h | 11,5 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 11,6 segundos |
Velocidad máxima | 185 km/h |
Consumo homologado | 5,4 / 4,2 / 4,6 l/100 km (urb. / extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 119 g/km de CO2 |
Precio de partida | 28.300 euros |
Comportamiento
Nada más acceder al puesto de conducción del nuevo Sportage te darás cuenta de que las cosas han cambiado mucho en Kia. De su habitabilidad ya hemos hablado, así que ahora nos centraremos en estudiar las sensaciones al volante. Nuestra unidad de pruebas equipa la tecnología de arranque sin llave, por lo que pulsamos el botón y rápidamente el motor se pone en marcha. Los motores diésel de la marca resultan algo ruidosos desde el exterior, pero sin embargo en el interior apenas percibes este sonido (salvo en la franja alta de las revoluciones) gracias a la mayor utilización de material aislante.
Los primeros kilómetros nos sirven para apreciar que el Sportage se siente más ligero y refinado que antes, con ausencia de vibraciones o crujidos en el interior. Culpa de ello la tienen un chasis más rígido con nuevos refuerzos (ahora utiliza un 51% de acero reforzado de alta resistencia frente al 18% de su predecesor); un bastidor más afinado, una suspensión multibrazo trasera con nuevos casquillos que aíslan el ruido desde la fuente; y el uso abundante de material absorbente en todos los pasos de rueda, las puertas o el marco de las ventanas, entre otros.
La dirección, por su parte, es bastante suave, quizá demasiado, y viene acompañada de un buen radio de giro. A pesar de que resulta muy agradable en aparcamientos o a la hora de callejear en el casco urbano, es demasiado asistida para carretera, pero aun así mejora notablemente respecto a algunos de sus rivales. Por otra parte, en tramos revirados se nota que su precisión ha aumentado al estar más cerca del eje delantero, permitiéndote enlazar curvas a más velocidad de lo que cabría esperar en un modelo de este segmento y transmitiendo al conductor sensaciones más propias de un modelo compacto que de un SUV de tamaño medio, aunque si bien es cierto no transmite toda la información necesaria como para poner a prueba su tracción y adherencia.
También contribuyen notablemente a la diversión al volante la ausencia de balanceos y las suspensiones, que se muestran más firmes de lo que esperábamos y tienen una excelente capacidad para filtrar las irregularidades del terreno. Y eso no quiere decir que resulten incómodas, sino que ponen de manifiesto que estamos ante un modelo enfocado a circular por carretera, no a la conducción off road, sin perjuicio de que el Sportage se desenvuelva cómodamente en caminos sin asfaltar de baja dificultad. En cualquier caso, es en carretera donde realmente lo vas a disfrutar por su comodidad a la hora de devorar kilómetros.
A fin de poner a prueba sus dotes SUV, no quisimos dejar pasar la oportunidad de adentrarnos por firmes ligeramente irregulares con ascensos y trazadas fáciles, donde la mayor ventaja con la que juega el Sportage es su elevada altura. En este caso, la unidad de pruebas cuenta con tracción 4×2, por lo que has de tener presente que no llevas un vehículo de tracción total y el modelo se va a quedar atascado en aquellas irregularidades en las que se quedaría cualquier otro vehículo con tracción delantera (barro, arena…).
Precio
El precio de nuestra unidad de pruebas, un Kia Sportage 1.7 CRDi 115 CV 4×2 con acabado Drive, techo panorámico y pintura metalizada, está disponible por 28.350 euros, a los que habremos de sumar un descuento de 4.604,05 euros (según la web oficial de Kia, precio final de 25.096 euros) y los posibles descuentos adicionales del concesionario.
Por este precio podrás disfrutar de un SUV compacto realmente equilibrado al que no le falta detalle, con un equipamiento de serie que incluye navegador, ABS, EBD, BAS, ESC, VSM, control de arranque en pendiente, bluetooth, entrada AUX, retrovisores exteriores eléctricos, sensores de lluvia y luces, sensores de aparcamiento traseros con cámara, alerta de cambio de carril involuntario, lector de señales de tráfico, control de crucero o climatizador automático bizona, entre muchos otros.
Los SUV eStán de moda, lo que no entiendo es porque esas motorizaciones tan mínimas, 115cv para mover un coche de este tamaño cuesta, creo que como m mínimo deberían ser de 130cv y me refiero a todas las marcas. Respecto que haya públicos para todos, pero honestamente prefiero un turismo con 115cv a esto o estos!
En estos casos hay que fijarse mas en cifras de par que en cifras de potencia 😉
Estamos acostumbrados a fijarnos siempre en los cv
Mi coche con 14 años es un opel vectra 2.2 DTI con 125 cv y una entrega de 280 Nm entre 1500 a 3000 rpm el motor del sportage tiene los mismos Nm 280 con la entrega desde las 1250 rpm aunque pesa 60 kilos más que mi opel tiene que tirar muy bien
Aunque los caballos son en teoria cortos el rendimientio es superior y el par motor no esta mal. Debe tener una buena relación potencia/consumo